Bear in Heaven

Jon Philpot, originalidad remix y saturación en la era de internet

Jon Philpot es el cerebro y motor detrás de Bear in Heaven, una de las bandas neoyorquinas más interesantes y originales de uno de los medios rockeros más ricos, diversos y propositivos del planeta: Brooklyn, en particular el barrio de Williamsburg.

El segundo disco de esta singular banda, Beast Rest Forth Mouth (BRFM), recibió el premio Best New Music de Pitchfork Media, la revista más prestigiada de nueva música del web. Bear in Heaven evoca el rock progresivo de los setenta, el krautrock y la psicodelia electrónica. Philpot comenzó a grabar discos con el dúo Presocratics, más tarde hizo, ya con el nombre Bear in Heaven, el disco Red Bloom of the Boom. Este debut anunciaba un renacimiento en forma del psych rock, el cual comenzaba a reaparecer en la escena indy con poca vitalidad. En Red Bloom destaca el uso de texturas electrónicas y de estructuras expansivas que escapan de los márgenes del pop para evocar himnos envolventes, majestuosos y delirantes. BRFM lleva esta tendencia más allá, utilizando elaborados coros con tintes épicos y oleadas de acordes electrónicos cálidos y paradójicamente orgánicos que envuelven la voz a veces intensa, por momentos agónica y en ocasiones infantil de Philpot.

Jon Philpot

El talentoso Philpot compone, canta, toca la guitarra y los sintetizadores pero además es un observador agudo del estado del rock en la era de internet. Platicamos con él en un café de Brooklyn un par de días antes de su viaje a México para su concierto en el Polyforum Siqueiros.

—De lo que quisiera hablar primero es de internet y la manera en que la red ha influenciado tu trabajo tanto en lo que respecta a la distribución como a la creación.

—Jon Philpot: Internet ha desempeñado definitivamente un papel importante en nuestra carrera. Pero por un lado está lo vendido y por otra lo robado. Internet ha permitido que la gente se robe mucha más música de la que se vende pero al mismo tiempo esa música robada ha servido de promoción y ha ayudado a vender muchos discos. Internet permite definitivamente una manera mucho más fácil de crecer. Internet es una parte muy importante de lo que somos hoy y de cómo llegamos a donde estamos.

—¿Cuando tocabas con tus anteriores bandas tenías ya esta idea de buscar una audiencia en la red?

—No, todo comenzó con Myspace, el cual como muchos otros usábamos como un espacio para poner nuestra música y para interactuar con la gente. Luego Twitter vino a cambiarlo todo, así como Facebook, ahí sí comenzamos a relacionarnos con los fans en tiempo real y esto abrió puertas a lugares donde tocar, donde conocer a los que nos escuchaban, donde quedarnos cuando estábamos de gira y a tener un sistema de comunicación eficiente para anunciar nuestras tocadas. Esto era mucho más eficiente que distribuir volantes impresos en bares, cafés, clubes y donde fuera. En muchos sentidos creo que de no ser por internet nadie nos conocería. Somos amigos de los miembros de la banda Grizzly Bear, les dimos nuestro disco y ellos twittearon que les gustaba nuestra música. El cantante, Ed, twitteó que le encantaba una de nuestras canciones y a partir de eso todo fue como un efecto dominó, una cosa vino tras otra, comenzamos a llamar la atención de mucha gente y el grupo dio un salto de popularidad enorme. Mucha gente de diferentes ámbitos quedó expuesta a nuestra música, que no es necesariamente muy accesible y el resultado fue muy positivo.

—Llevas mucho tiempo tocando sintetizadores.

—Sí, comencé con teclados Casio de juguete, de ahí pasé a workstations digitales y luego a teclados analógicos.

—Tú naciste en la era del sampleo. ¿Definirías esta era como la del remix?

Internet ha desempeñado definitivamente un papel importante en nuestra carrera. Pero por un lado está lo vendido y por otra lo robado. Internet ha permitido que la gente se robe mucha más música de la que se vende pero al mismo tiempo esa música robada ha servido de promoción y ha ayudado a vender muchos discos.

—Sí, el remix es algo muy común ahora. Puedes hacerlo de una manera comodina simplemente tomando riffs o coros, pero no creo que eso sea necesariamente negativo ya que abre posibilidades increíbles para hacer cosas. Lo que es cierto es que hay tantas canciones escritas que es casi tonto escribir nuevas canciones. En este momento, por lo menos. El sampleo es un modo muy fluido de crear música al reciclar sonidos, manipularlos con software de audio para cambiar completamente su tempo, su forma y su timbre. Esto ha dado lugar a un nuevo modo de componer, podemos crear canciones que no suenen a nada reconocible pero que hayan sido hechas con otras canciones recicladas, y reciclar es bueno.

—Mi problema es que entre la masa de nueva música parece que todo es muy homogéneo, los sonidos muy similares y el uso de los recursos muy parecido. Pienso que las herramientas dictan la creación. ¿Crees que el sello de identidad de esta generación es el sampleo y el remix, más que la música misma?

—Puede ser, pero creo que hay un cierto arte en esto. En estos últimos años he hecho muchos remixes. Para comenzar, acercarse a la composición es distinto cuando sampleas, porque no es como llegar frente a un papel en blanco, eso puede intimidar mucho ya que o te sale o no te sale nada, mientras que con el remix tienes elementos que te ayudan a formular algo. Aun así es un desafío crear algo nuevo e interesante; hay muchas herramientas ahora que te permiten hacer cosas, literalmente aprietas un botón y comienza a sonar una batería. Pero para mí lo que queda muy claro es que la mayoría de los remixes son usualmente música para bailar y yo honestamente tengo respeto mucho a cualquiera que puede echar a andar una fiesta. Yo creo que la idea de que este es un medio más fácil y rápido para crear es sólo parcialmente cierta ya que también hay que trabajar muy duro. Así es todo en la era digital.

—Jaron Lanier señala que ésta es la primera generación desde los años cincuenta que no se identifica con un estilo musical en particular. ¿Crees que esto sea cierto?

—No, la verdad no lo creo. Creo que hay muchos chavos que están muy metidos en el indy rock, lo cual en cierta forma es el nuevo rock and roll, es cierto que no es tan nuevo pero está ahí creciendo y volviéndose más popular, ya ves, Arcade Fire ganó un Grammy. Eso dice algo de lo que pasa con esta generación. Yo me imagino que igual la nueva música country tiene muchísimo impacto y gente que se identifica con ellos. Pero yo mismo ahora escucho música que escuchaba mi padre. La buena música no tiene edad. ®

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Publicado en: Mayo 2011, Música

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