EDITORIAL

La izquierda Latinoamericana

Ésta podría ser una de las ediciones más incómodas y polémicas de Replicante. La izquierda latinoamericana… ¿Qué ha pasado con ella desde que nació? ¿Y qué desde que triunfó la primera revolución socialista en el continente americano hace ya medio siglo?

A menos que uno sea un apasionado de la izquierda en general y un fervoroso seguidor de Castro, de Chávez, de Lula, de Correa y hasta de López Obrador, no puede hacerse un examen crítico de las distintas vertientes y variantes de las izquierdas de América Latina sin que salgan a relucir sus fracasos, sus lastres y, sobre todo, su innegable y peligrosa vocación antidemocrática —francamente totalitaria en el caso de Cuba—, sin dejar de mencionar su nula capacidad para gestionar y hacer crecer la economía de sus países, como lo afirman James Petras y Henry Veltmeyer en su riguroso estudio llamado, precisamente, Espejismos de la izquierda en América Latina (Lumen, 2009). “Esta cuña aprieta porque es del mismo palo: James Petras y Henry Veltmeyer no pueden ser descalificados como derechistas ni como cooptados por grandes capitales, oligarquías o mafias”, dice Héctor Villarreal en su comentario al libro (“Centroizquierda neoliberal. Nada ha cambiado”), y añade: “No se trata de vulgares provocadores ni recurren al insulto al estilo de Apuleyo o Vargas Llosa junior. Son autores de un libro que resulta imprescindible para fundamentar cualquier opinión sobre los gobiernos de centroizquierda en América Latina”. Un volumen generoso en datos duros y del que tampoco sale bien librada la ex presidenta chilena Bachellet.

De la esperanza en el cambio prometida por la joven revolución de los barbudos de Castro a la terrible decepción que causó entre cientos de miles de ciudadanos cubanos y entre simpatizantes e intelectuales de todo el mundo, Cuba se ha ido quedando casi sola y es de los pocos países comunistas que aún mantienen un férreo control estatal sobre la economía y una imperdonable ausencia de libertades individuales y de prensa. Aun así, es ejemplo a seguir por líderes que se dicen democráticos como Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia y Correa en Ecuador. En esta edición de Replicante hay testimonios, ensayos y críticas serias a estos regímenes. Que nadie se llame a sorpresa. Ahí están las evidencias. ¿Tienen las izquierdas latinoamericanas algo mejor qué proponer cuando ellas mismas han sido las más eficientes perpetuadoras de las políticas “neoliberales” que tanto dicen detestar? No se admiten lloriqueos ni calumnias. Bienvenidas las críticas maduras y responsables. ®

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Publicado en: Destacados, Septiembre 2010

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