El hombre más cool de América Latina

La fascinación por el caudillismo

“El carácter folklórico e histriónico del presidente venezolano le permite a las izquierdas estadounidenses y europeas venderlo como el representante perfecto de lo latinoamericano, o mejor dicho, de lo que ellas entienden por latinoamericano.”

Las izquierdas estadounidenses y europeas suelen ver con alguna simpatía las dictaduras latinoamericanas que ondean la bandera antiimperialista, anticapitalista y justicialista. Por eso, era de esperarse que las siempre irresponsables izquierdas caviar se identificara con Chávez y su retórica antiyanqui. Después de todo, Chávez es una de las pocas figuras democráticas en el panorama del antiamericanismo. No es un dictador, como sí lo son todos los mandatarios del Medio Oriente, y aunque su práctica política no es precisamente la más democrática, su origen y legitimidad electoral no es puesta en duda, ni siquiera por sus opositores. Al final, la única democracia que importa a la comunidad internacional es la formal, y mientras formalmente Hugo Chávez no rompa con el sistema democrático, no será tan vergonzoso asociarse con él.

Además, el carácter folklórico e histriónico del presidente venezolano le permitía a esas izquierdas venderlo como el representante perfecto de lo latinoamericano, o mejor dicho, de lo que ellos entienden por latinoamericano.

En Europa sigue existiendo un sentimiento profundamente racista con respecto a Latinoamérica, nos tienen como ordeñadores de vacas y campesinos. Para el europeo bon pensant el latinoamericano sigue siendo parte de una imaginería en la que aparecemos dibujados como pueblerinos iletrados que somos invadidos por la cultura estadounidense, seres necesitados de protección y cuidado; no nos ven como iguales. Ese sentimiento paternalista y de desprecio los lleva a justificar los desmanes latinoamericanos con excusas vacías. La principal suele ser que la “democracia liberal” nos fue impuesta luego de un genocidio —el de los conquistadores españoles sobre nuestros pueblos indígenas— y que por tanto no la entendemos porque es contraria a nuestra verdadera cultura.

Se justifica a líderes autoritarios como Chávez, y a dictadores como Fidel, con el supuesto de que son representantes “verdaderos” del pueblo oprimido y que sus abusos son en realidad actos de justicia, necesarios para regresarnos a nuestra cultura originaria. Es el mito del buen salvaje que tanto daño nos ha hecho.

La realidad, claro está, es otra. Los latinoamericanos somos los únicos responsables de nuestro destino. Si nuestros gobiernos han sido corruptos, incompetentes y populistas es porque nosotros los hemos llevado al poder. Somos los latinoamericanos los responsables de nuestra pobreza, subdesarrollo y miseria política. Aunque Estados Unidos —en buena parte gracias a su arrogante política exterior— se ha convertido en la excusa perfecta para justificar nuestra incompetencia.

Ciertamente, Estados Unidos ha ejecutado toda clase de desmanes en el subcontinente, intervinio militarmente en muchos de nuestros países, y durante muchos años, desde el norte, le proveyeron apoyo a algunos de los gobiernos más nefastos de la región, a cambio de que éstos fueran útiles a la política estadounidense durante la Guerra Fría. En la época de paranoia anticomunista desde Estados Unidos se apoyó a Augusto Pinochet, Anastasio Somoza, Jorge Ubico, Maximiliano Hernández y Tiburcio Carías, entre otros.

Que Estados Unidos maneja un discurso hipócrita respecto de la democracia y los derechos humanos es algo que ni siquiera necesita de discusión.

Vale la pena preguntarse, ¿ha sido la hipocresía estadounidense, o su doble moral, la responsable de nuestra situación? ¿Es Estados Unidos culpable de nuestra pobreza y subdesarrollo? ¿Tenemos los ciudadanos que sistemáticamente hemos votado por populistas mesiánicos algo de culpa por la terrible situación de atraso de nuestros países?

No es un llamado a olvidar los desmanes estadounidenses, pero sí una convocatoria a dejar las excusas a un lado y empezar a discutir internamente cuáles han sido nuestros errores, y cuál debe ser el rumbo a seguir.

Para el europeo bon pensant el latinoamericano sigue siendo parte de una imaginería en la que aparecemos dibujados como pueblerinos iletrados que somos invadidos por la cultura estadounidense, seres necesitados de protección y cuidado; no nos ven como iguales.

En palabras del abogado y ensayista venezolano Carlos Rangel: “El imperialismo norteamericano en América Latina no es, desde luego, ningún mito. Sólo que es una consecuencia y no una causa del poder norteamericano y de nuestra debilidad. Hasta el despojo más inicuo, por reprobable que sea, no excusa de buscar una explicación racional para la fuerza del ladrón y la debilidad de su víctima” [Del buen salvaje al buen revolucionario, Caracas: Criteria Editorial, 2005, p. 34).

Desde luego, si a los latinoamericanos nos cuesta entender que somos los únicos culpables y, más importante aún, los únicos responsables de nuestro destino, no puede esperarse que los izquierdistas alrededor del mundo, especialmente los de países europeos, entiendan que lo peor que pueden hacer por nosotros es tenernos lástima o sentir desprecio y pensar que no tenemos derecho al desarrollo económico y la democracia que ellos disfrutan en sus países. Porque, claro, todo izquierdista europeo que se respete habla pestes del sistema liberal y de la democracia en su país, pero ni de verga permiten que en sus países se implementen políticas como las que llevan adelante sus héroes extranjeros.

Ya quisiera ver yo a los socialistas de Europa recibiendo con agrado el cierre de sus canales de televisión o aceptando con gusto una ley de contenidos (ley resorte) como la que tenemos en Venezuela para regular su libertad de expresión. Ellos, que tanto reivindican la irreverencia y la subversión en el arte, apoyan a un gobierno que encarcela a un hombre por un mensaje en su franela o que pretendió llevar a juicio a un cantante de reggae porque su video era “muy violento”.

Pero no es de la doble moral de lo que trata este artículo, no quiero hablar de algo que era bastante predecible: la seducción que la izquierda internacional iba a sentir hacia un demagogo irresponsable que encarna las peores taras de Latinoamérica y que está llevando a Venezuela a convertirse en una república bananera.

Quiero hablar de otro fenómeno, uno que francamente sorprende, y que además es difícil saber si es preocupante o gracioso. Me refiero a la transformación de Hugo Chávez en el hombre más cool de América Latina.

Ilustres visitantes

Hugo Chávez y Naomi Campbell

Hace unos días, específicamente el 6 de marzo, se desarrollaba en Venezuela la clásica rutina que el protocolo gubernamental ejecuta para recibir a una importante personalidad que visite al jefe de Estado. Es normal, aquí y en el resto del mundo, que cuando un mandatario recibe a otro, o a un canciller, o a cualquier empresario acaudalado, se le acoja con bombos y honores que lo hagan sentir bienvenido. La diplomacia es un ejercicio de histrionismo: mucho de actuación y circo hay detrás de las relaciones entre los países.

Pero esto lo saben todos, es un lugar común. Lo que distinguió el respectivo show de ese día en Venezuela fue el visitante. Sean Penn, actor y director estadounidense, pisaba por tercera vez el territorio venezolano. Nuevamente era recibido por el presidente, aunque esta vez no se fueron de paseo, como ocurrió en octubre de 2009. Penn vino en esta oportunidad a agradecer el apoyo que el mandatario venezolano le ha dado a una organización humanitaria de la que él es representante, y que se ha dedicado a ayudar a Haití, país afectado por un terremoto en enero del año pasado.

La prensa oficial se desvive en halagos al actor, destacan su carácter de estadounidense concienciado. Señalan que es admirable que un actor que podría estar nadando en su fortuna dedique sus días a ayudar a los necesitados, concienciar al mundo y expandir el mensaje de la revolución venezolana por todo el globo. Nada seduce más a la izquierda latinoamericana que un gringo hablando mal del sistema de su país.

Citan el episodio ocurrido en octubre de 2007 en el Late Show de David Letterman, cuando el actor estaba promocionando una de sus películas y el presentador cuestionó a Penn por apoyar al presidente venezolano, recordándole que el líder de la revolución bolivariana cerró un canal de televisión. El dos veces ganador del Oscar respondió aduciendo que en RCTV —el canal cerrado por el gobierno en mayo de 2007— transmitían propaganda de guerra y habían hecho un llamado a asesinar al presidente. Esto, por cierto, es completamente falso.

En su reciente visita a Venezuela el periodista Jon Lee Anderson señalaba que uno de los rasgos más fascinantes de todos los dictadores a los que ha perfilado en su vasta obra es el sentido que tienen de sí mismos, como hombres escogidos por la historia para ejecutar un bien supremo, un papel preasignado por el destino para guiar a sus países. En tal sentido, suelen creerse merecedores de halagos y ceremonias pomposas.

Un episodio particularmente repulsivo es el ya histórico encuentro boxístico entre George Foreman y Mohammed Alí, ocurrido en Zaire en 1974, bajo la dictadura de Mobutu Sese Seko. Es conocida la jugarreta del mafioso Don King de ofrecerle a ambos boxeadores cinco millones de dólares por la pelea, a pesar de no contar con ese dinero. Una vez que los dos boxeadores aceptaron, King se fue a África y convenció al dictador de Zaire para que financiara la refriega.

En su reciente visita a Venezuela el periodista John Lee Anderson señalaba que uno de los rasgos más fascinantes de todos los dictadores a los que ha perfilado en su vasta obra es el sentido que tienen de sí mismos, como hombres escogidos por la historia para ejecutar un bien supremo, un papel preasignado por el destino para guiar a sus países.

Así ocurren las cosas en las dictaduras bananeras; el líder dispone de los ingentes recursos del Estado y se convierte en la vedette, en la figura más deseada. Los chulos acuden a los caudillos, porque saben que acariciándoles el ego conseguirán prebendas a costa del hambre de los pueblos que gobiernan tiránicamente. No es casual que el mafioso promotor de boxeo también forme parte de la lista de visitantes que han venido a Venezuela a “apoyar” a la revolución. Don King hasta cantó en una tarima en la que se celebraba un acto oficial.

La lista es larga. Veamos…

Danny Glover logró comprometer al Estado venezolano a que le otorgara 18 millones de dólares para el financiamiento de un biopic sobre el independentista haitiano François Dominique Toussaint-Loverture, que finalmente no se concretó, según se justificó el propio Glover meses después, por el racismo de los productores europeos que no quisieron financiar el filme.

Oliver Stone realizó por encargo un infame —y fracasado— documental sobre Hugo Chávez, un bodrio llamado Al sur de la frontera, que ya fue comentado aquí mismo en Replicante.

Tim Robbins visitó el país para conocer La Villa del Cine, la productora de películas del Estado, creada por Chávez para “acabar con la dictadura de Hollywood”. Mientras, su esposa, Susan Sarandon, acudió al estreno de Al sur de la frontera en Nueva York y compartió una tarde con el jefe de Estado.

Kevin Spacey seguramente fue la representación más involuntariamente cómica del antiyanquismo del presidente venezolano. Spacey había interpretado a Lex Luthor, el archienemigo de Supermán, en la fracasada cinta Superman Returns (2006, Bryan Singer). Así, el caudillo venezolano puedo conocer al peor enemigo de su peor enemigo. ¡Cosas de la vida!

En Latinoamérica, Residente, el vocalista de Calle 13, suele visitar el país cada cierto tiempo para dar conciertos gratis —que en realidad no son gratis, sino que son pagados por todos los pendejos que pagamos impuestos en Venezuela.

Molotov, una de mis bandas mexicanas favoritas, también se unió al coro de aduladores del régimen cuando vinieron a tocar en 2004 para el festival mundial de la juventud, que se realizó en Caracas bajo el auspicio del gobierno.

La única excepción digna de mencionarse la constituye el director estadounidense Spike Lee, quien vino al país a dar una conferencia a estudiantes de cine en 2009. Aunque su visita fue apoyada por las autoridades locales, otorgándole las llaves de la ciudad capital y facilitándole la plataforma para dictar su conferencia, Lee fue tajante al afirmar que no apoyaba el cierre de RCTV y que no venía a conocer a Hugo Chávez.

Pero de todos los visitantes ilustres venidos del starsystem mi favorito, o mejor dicho, favorita, es la top-model Naomi Campbell. La prensa española, siempre presta a resaltar los escándalos del corazón, señaló que la modelo se encontraba en el país porque tenía un affaire con el mandatario venezolano. Las declaraciones de la modelo sólo sirvieron para avivar los rumores: “El hombre con quien algún día me case”, señaló la diosa de ébano, “debe ser sincero conmigo y tener mucha energía. Me atraen los hombres fuertes”. “Estuve con él varias horas dialogando en un apartamento en la playa que le prestó un amigo. Se portó muy bien conmigo”. “El presidente no es un gorila, es más bien un toro”.

Igualmente vale mencionar el incidente ocurrido con Courtney Love, vocalista de Hole y viuda de Kurt Cobain, quien se cruzó con el presidente Chávez durante una proyección de Al sur de la frontera en Nueva York y allí fue besada por el revolucionario. Meses después la roquera declaró a la revista británica Hot Press: “¿Chávez? Sí, me quería en Venezuela hace como un mes para una entrevista en Playboy y que tomara un vuelo a las 8:00 am. Creo que pensó que yo era una prostituta y Oliver (Stone) me puso allí en la línea de fuego, donde él sabía que Chávez quería verme. Pienso que Chávez creyó que yo era una prostituta o algo así. Pero él fue donde Larry King y dijo: “Oh, le di un beso a una chica de una banda de rock anoche. Amo América”. Entonces comenzó a enviarme flores. La verdad no sé nada de él. Sé que ha sido el presidente trece veces en fila, lo que no hace le hace bien a la democracia, pero hey”.

En fin… Si no fuera porque el espectáculo es tan repulsivo, probablemente movería a la risa.

La izquierda latinoamericana es provinciana; en el fondo, admiran el brillo de la vida capitalista con más fruición que una quinceañera de clase media. Nuestras revoluciones son un manojo de complejos, o de acomplejados, que es lo mismo. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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  1. «El dos veces ganador del Oscar respondió aduciendo que en RCTV —el canal cerrado por el gobierno en mayo de 2007— transmitían propaganda de guerra y habían hecho un llamado a asesinar al presidente. Esto, por cierto, es completamente falso.»

    ¿Falso? ¿Tu eres loco o estúpido?

    No se a quien quieras engañar con tu seudo reportaje, pero aqui en Venezuela «todos» saben la verdad.

  2. Ja ja ja. Tu comentario me da risa, y un poco de lástima. Primero, por el espantoso desatino en tu información, que, como era de esperarse, no puede hacer otra cosa que repetir ad-nauseum los lugares comunes propagados por la prensa oficial y los datos del gobierno.

    Pero antes de responder, vamos con un asunto teórico, ¿quieres?

    Dices: «Por otra parte, como suele suceder, la primera parte del artículo es parcial. Habla sobre la censura y las maneras poco democráticas de Chavez. Pero no menciona e ignora soberanamente cualquier análisis de la situación de la pobreza y la indigencia en ese país»

    ¿Qué tiene que ver la pobreza con la libertad de expresión? ¿Al cerrar un canal de televisión disminuye la pobreza? ¿En serio?

    Yo pensaba que la pobreza disminuía creando puestos de empleos; mejorando el sistema educativo; desarrollando la economía; resolviendo la enorme desigualdad entre ricos y pobres a través de medidas que beneficien a los más humildes, pero no que los subsidien, sino que les den herramientas para poder integrarse a la economía; creando oportunidades de progreso para todos; promoviendo la agricultura; creando un sistema de seguridad social que beneficie , principalmente, a los más necesitados, para que no tengan que pagar por servicios de salud, etc..

    No sabía que la pobreza era un asunto de libertades civiles. Debo decir entonces que si la pobreza se soluciona acabando con los derechos de la gente, pues entonces Hitler, Mussolini, y Pinochet hicieron mucho para acabar con la pobreza de sus países. Y yo que pensaba que sólo habían sido dictadores genocidas. ¡¡¡¡¡¡¡¡Qué ignorante soy!!!!!!!!!

    Por favor, amigo. ¿Con qué clase de mentecato crees que estás hablando?

    No, amigo, estás muy equivocado. La excusa de que los dictadores de izquierda hacen lo que hacen para reivindicar a los pobres, es de una miseria mental enorme. Yo quisiera saber si por cada fusilado en Cuba comen más personas, o más personas acceden a empleos de calidad, a vivienda, a salud, a educación; en fin, a progreso y una vida mejor. ¿Lo hacen?

    Lo que haces es repetir el argumento falaz de todo autoritario que se respete, que no es otro que: «esto lo hago en nombre del pueblo».

    Todas las dictaduras y los gobiernos autoritarios son así, sean de izquierda o de derecha. Si es la izquierda, salen con que lo hacen “por los pobres”, “por el pueblo”, “por los descamisados”, etc. Si es la derecha, entonces es “contra la amenaza comunista”, “contra el terrorismo”, “a favor de la estabilidad”, y cuantas tonterías más.

    Estimado, lo voy a decir en mayúsculas y negrillas para que me entiendas: NO ES NECESARIO ACABAR CON LA DEMOCRACIA PARA ACABAR CON LA POBREZA. Por el contrario, sin democracia es imposible que se acaben os enormes problemas que nos afectan, sin democracia nuestros problemas se agravan.

    ————————————————————

    Dicho esto, procedo a responderte.

    No, la pobreza no sólo no ha disminuido, sino que se ha agravado con el gobierno de Hugo Chávez. Al igual que la criminalidad y la falta de viviendas.

    Lo del desempleo es risible, porque el desempleo no ha descendido, esa magnífica cifra que citas es una manipulación. Te explico: el gobierno de Hugo Chávez cambió el método para medir el desempleo; ahora no se cuentan como desempleados a las personas que no tienen trabajo, pero consiguen una manera de hacer un trabajo temporal de dos o tres días y recibir un pago miserable por ello. Muchos de estos seudo-empleos, son creados por el propio gobierno a través e las llamadas “misiones”.

    Sobra decir que esa trampa hizo cambiar la estadística creando dos problemas. El primero, más obvio, mentir sobre la realidad del problema. Y el segundo es peor, porque al gobierno no considerar a esas personas como desempleadas, éstas quedan excluídas de cualquier plan de empleo que avance el gobierno. Vale acotar que el gobierno ha lanzado no menos de diez planes de empleo durante sus doce años de gestión, y todos han sido un fracaso absoluto.

    Sin ir muy lejos, a finales del año pasado hubo una fuerte vaguada que dejó a 180.000 personas damnificadas. Ahorita, esas mismas personas están viviendo en albergues en condiciones deplorables. Son ciento ochenta mil personas que fueron afectadas, no por la naturaleza, sino por su pobreza. El agua arrasó con sus casas porque eran muy precarias.

    Ve este video, grabado por el canal del estado hace una semana y luego hablamos: http://www.youtube.com/watch?v=hb4QZsKCs74

    ¿Cómo se lama lo que ves ahí? Se llama hambre, amigo mío, se llama miseria.

    E insito, no veo como el cierre de rctv pudo ayudar a esa gente.

    Otra cosa, dices que el canal cerrado (que no es el único caso, sólo el más emblemático) afectó sólo a los ricos que eran sus dueños, y te equivocas.

    En realidad, los dueños de rctv sufrieron pocas consecuencias del cierre de su canal. La mayoría, simplemente se fueron del país e invirtieron su plata en otra parte. Hoy, probablemente están felices ganando dinero en cualquier país del primer mundo. A quienes afectó el cierre de la planta televisiva es a los trabajadores, humildes camarógrafos, técnicos, empleados, actores, editores, guionistas, maquillistas, obreros y personal administrativo, quienes quedaron desempleados; y todavía hoy buscan trabajo porque rctv era una de las principales fuentes de empleo en el ámbito televisivo.

    Supongo que a ti te importa muy poco el destino de esa gente. En tu muy limitada visión del mundo, has de considerarlos como burgueses o cualquier otro epíteto barato de esos que repites sin detenerte a pensar al menos un minuto.

    Ah, y otra cosa, si en EE.UU. censuran es algo deplorable, ¿en qué parte de este artículo yo defiendo la censura en USA? Yo me opongo a la censura en cualquier parte del mundo porque soy demócrata.

    Gracias por comentar.

  3. “Ellos, que tanto reivindican la irreverencia y la subversión en el arte, apoyan a un gobierno que encarcela a un hombre por un mensaje en su franela o que pretendió llevar a juicio a un cantante de reggae porque su video era ‘muy violento’.”

    O cuando en Estados Unidos dejan de vender y censuran de facto un libro pro-pedofilia como el de Amazon. Y eso no fue en Irán: fue en EE.UU, “el país de la democracía” según lo que ellos creen.

    Y no sólo ese libro, sino otros cuantos que hablaban sobre la atracción por los niños lejos del sensacionalismo y la ceguera mental de la sociedad fueron también censurados.

    Obviamente, a nadie se le movió un pelo, después de todo si censuran a un pedófilo, ¿a quién le importa? A la sociedad seguro que no. A la izquierda anarcocomunista tampoco.

    Solamente se enojan si censuran a un canal de televisión millonario…

    Por otra parte, como suele suceder, la primera parte del artículo es parcial. Habla sobre la censura y las maneras poco democráticas de Chavez. Pero no menciona e ignora soberanamente cualquier análisis de la situación de la pobreza y la indigencia en ese país.

    Es fácil criticar a Chavez por la libertad de expresión, al tiempo que no se menciona en absoluto el aspecto social y económico del asunto. Para mí hay una serie de preguntas fundamentales, que no se puede excluir si se quiere ser serio:

    ¿Hay más o menos pobres con Chavez?

    ¿Más gente logra tener cubierta sus necesidades básicas o no?

    ¿El pueblo (que después de todo, para bien o para mal, decide) apoya a Chavez o no?

    Decir que el presidente elegido constitucionalmente de Venezuela es un falso progre, un caudillo populista y censurador, corrupto, todo lo que quieras, al tiempo que se ignora si verdaderamente tiene el apoyo del pueblo y hace cosas para mejorar su situación; es parcial y ridículo.

    Algunos datos:

    La TASA DE DESEMPLEO en 1999 era de 16% y en el 2010 se ubicó con 7,7% (http://http//www.elmundo.com.ve/Default.aspx?id_portal=1&id_page=17&Id_Noticia=41461)

    POBLACIÓN BAJO LA LINEA DE LA POBREZA:

    En 1997 23,37%, en 2009, 7,20%

    Aparentemente la inseguridad creció muchísimo, “hasta convertirse en el país con mayor número de homicidios por cada 100.000 habitantes (52) en América”

    Creo que estos números hablan por sí solos.

    Indignarse por la libertad de expresión pero no defender la baja de la pobreza (ahora más niños tienen para comer cuando antes se cagaban desnutriendo, pero claro, cerraron un canal de televisión, ¡el Apocalipsis! ¡Pobres los ejecutivos millonarios del canal de televisión! ¿Qué importa que un niño tenga para comer si al señor ejecutivo con traje y corbata le cierran su canal de televisión? Obviamente el derecho del millonario a tener un oligopolio es más relevante que el de los niños a comer) y el desempleo es de derecha y de hijo de puta me atrevo a decir. Ni más ni menos.

    Dejémonos de joder, la censura es mala, la inseguridad terrible; pero negar que ahora un montón más de gente tiene comida para llevar a su hogar es una estupidez. Apoyemos lo que hay que apoyar y critiquemos lo que hay que criticar. NO justifico ni avalo la censura de ninguna manera, ya que es esencial para combatir las injusticias y denunciar la corrupción, pero sencillamente detesto esta derecha tan hija de re mil putas que pone los derechos de ejecutivos multimillonarios y gerentes de televisión por encima de los de los pobres y necesitados.

    (http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Indicadores_socio-económicos_de_la_Presidencia_de_Hugo_Chávez)

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