El libertino filosófico

Dulces degenerados, de Marco Vassi

Marco Vassi (Nueva York, 1937-1989) es uno de los autores señeros del erotismo estadounidense de la segunda mitad del siglo XX, que aparte de publicar historias cortas —de ficción y no ficción—, artículos en periódicos y revistas, escribió quince novelas —de las cuales únicamente consiguió editar ocho en vida y, como siempre en el género, de manera anónima—, de las que sólo volvió a haber reimpresiones en los años noventa y primeras ediciones del resto de su obra, y de este corpus sólo existen traducciones al castellano de tres de ellas: Dulces degenerados, Las comedias eróticas y La solución salina.

Ante la lectura de sus Dulces degenerados (1972; en español: Barcelona: Robinbooks, 2006) está claro que Vassi fue un experimentador de la flamante libertad sexual que Estados Unidos estaba viviendo, y no sólo un participante sino un propulsor de ella a través de sus textos: imaginemos a Vassi pensador y articulista viviendo aquellos años sesenta y setenta plenos de sexo y drogas totalmente convencido de que el ancho ejercicio de la carnalidad era un camino de liberación espiritual, convencido además de que no sólo la bisexualidad era deseable, sino una categoría más amplia que denominó metasexualidad, que por supuesto desecha la idea de la monogamia y va más allá de la bisexualidad, y acompañó sus tesis sobre el ejercicio de la carne con una profunda reflexión en torno al sexo y los lazos afectivos que se construyen entre los seres.

Imaginemos a Vassi pensador y articulista viviendo aquellos años sesenta y setenta plenos de sexo y drogas totalmente convencido de que el ancho ejercicio de la carnalidad era un camino de liberación espiritual, convencido además de que no sólo la bisexualidad era deseable…

The Gentle Degenerates es la narración omnisciente del alter ego de Vassi que desde de la idea heterosexual de mantener una relación de pareja (sin que esto quiera decir tradicional y “misionera”) enfrenta sus propios deseos por continuar ejerciendo plenamente toda, toda su libertad sexual. El personaje es adorable no sólo porque inicia la novela planteando los conflictos entre la gana masculina de la exclusividad sexual de su pareja y el deseo de coger con quien a él le plazca sino porque mantiene, todo el tiempo, un diálogo interno sobre sus sensaciones y reflexiones aún encajado en el coño más húmedo y estrecho que se le haya ofrecido. Vassi recorre los caminos de Edipo y los conjura al compartir cama con Regina y su hijo (el niño sólo se amamanta y duerme, no vaya usted a pensar en pedofilia); refiere su inmersión en una orgía gay de poppers y “humillaciones” donde él mismo recupera y aquilata su posición femenina receptora; transita de su amor lejano, marcado por los celos, hasta sus amantes ocasionales o antiguas que lo enfrentan con su verdadero deseo de mantener viva su condición de guía libertino y filósofo de la cama.

Vassi está íntimamente relacionado con Henry Miller no sólo por su nacionalidad (y supongo que en la edición original por el slang) y su confrontación de facto con los valores morales estadonudenses, sino por su maestría en la narración de entrepierna, y podría aventurarme, también, a emparentarlo con Sade por su interés filosófico en buscar una ontología que describa las posiciones metasexuales que postuló; ninguno de ellos tuvo empacho en describir las reflexiones del pensador con la picha parada.

Dulces degenerados es una novela divertida, deliciosa, profunda, filosófica y tremendamente onanista. Una de las obras de gran calado de la literatura erótica, aunque no es, para nada, un texto ligero que pudiera complacer a muchos y a muchas feministas, sin embargo posee una prosa sencilla y conclusiones que entre orgía y gran follada muestran a un enorme pensador y narrador. Estos Dulces degenerados, al igual que obras como Teresa filósofa, abundan en la carne y a la vez se explayan en la disertación en torno al ayuntamiento carnal. Son piezas que demuestran que el erotismo literario puede emparejarse con la reflexión y la disertación. Obras en las que los autores no se limitan a la transmisión de sus ideas a través de sus situaciones y personajes sino que empujan al lector a una revisión propia y acotada en la realidad de su sexualidad, no narran situaciones excepcionales sino la duda del hombre ante lo que le está dictado desde el contexto social. ®

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Publicado en: Febrero 2011, Libros y autores

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