Estado de sitio

Había tardes en que la ciudad…

© Kaveh H. Steppenwolf


Había tardes en que la ciudad
como en estado de sitio
a causa del calor
no me impedía llegar hasta ti
y el estado de sitio
y el soldado arriba armado
mientras yo perseguía muros altos
para refugiarme
y el soldado arriba armado
hasta que podía encontrarte
y el estado de sitio

Pero no lo creas
Porque otras veces a mitad de la calle

No es cierto que haya un porqué para todo
es falso que en todo caso existan excusas
tampoco intentes preguntarte
no lo hagas ni un segundo
o estas palabras se derretirán a tus ojos
no me digas nada
continúa

Aquí también hace calor
aquí también es de noche las cortinas corridas
los desnudos senos
los desnudos
Aquí también la misma noche para nada
todo esto
que poco a poco se mece en mis hombros
en ventanas que esta vez
no descubrirás

Me pediste
que cerrara bien
que pusiera cinta en las ventanas en las puertas
y haciendo eso sola
detenida de pronto con la cinta y las tijeras en la mano
mientras tú protegías otras puertas
pero hace tanto calor

Ya está aquí
el recuerdo de esos quemados territorios
escombros detrás de la ventanilla de los camiones
que a tantos escondites me llevaron
para mirarte siempre de la misma manera
para encontrarme de nuevo sin rostro
para

Hasta aquí la noche todavía es inútil
semidesnuda y despierta
asaltada de pronto por un recuerdo
esos terrenos que se incendiaban en verano
esas milpas deshechas por tradición
los incendios forestales que dibujábamos
sobre nuestros cuerpos

Así lo recuerdo
semanas de lluvia apenas y el paisaje no era el mismo
tomaba el autobús y el campo ya era otro
mutando en qué para qué
esos matices tengo en la mirada y tú sabes
¿Por qué no podemos abrazarnos sin palabras
como el sol para siempre abrazará a ese campo deforme
a esa selva que muta a ese largo camaleón peninsular?
¿Por qué no puedo yo por qué no puedes tú?
¿No me pregunto no me pregunto me comprendes
no me pregunto absolutamente nada
ni recuerdo tu mano sobre mi mano me escuchas?
Ni recuerdo la playa las rocas rompiéndome el tobillo
tu peso sobre mis piernas
las piedras pequeñas en mis pies mis llagas mis llagas mis llagas
en el pórtico de esa casa abandonada
destruida por un huracán
de esos que no compartimos
cuando me recomendaste que cerrara bien las ventanas
que les pusiera cinta

Había tardes en que la ciudad
en estado de sitio
a causa del calor
no me impedía llegar hasta ti
y el estado de sitio
y el soldado arriba armado
mientras yo me refugiaba en la sombra de las escarpas
y el soldado arriba armado
hasta que podía encontrarte
y el estado de sitio

A todo esto sólo un venadito
que una tarde mientras leía sobre un columpio de Santa Cruz
vi pasar veloz para perderse entre matorrales
de nuevo
cuando las ondas de calor me hacían caer en espejismos
y mecía con fuerza

A todo esto sólo ese veloz venado
(del que te hablé mientras tocabas mi boca
cuando las ondas de calor me hacían nadar en espejismos)
que de pronto
sin que importen los años que nos separan
ha venido esta noche
a buscar mis labios ®

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Publicado en: Abril 2011, Poesía

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