Estampas de la desigualdad nacional

Desde antes del neoliberalismo…

México ha sido tres cosas desde su nacimiento: un Estado–nación corrupto, una economía llena de pobreza, y una sociedad muy desigual.

No es cierto que la desigualdad socioeconómica relevante haya nacido con los gobiernos neoliberales. Por ejemplo, en la década de los setenta el liberal Cosío Villegas criticaba la desigualdad visible y profunda del país del PRI, y en 1980, dos años antes del inicio gubernamental del neoliberalismo, José Joaquín Blanco escribía crónicas como “The mighty mexicans. Próceres del boom petrolero”, donde se lee sobre hechos arraigados que para algunos sólo son propios de la era neoliberal:

Que ellos [las clases altas y sus empresarios] creen ser en exclusiva el país, y del chusco modo que los caracteriza, queda en evidencia en gastos publicitarios como el emprendido en este número de Town & Country. Desgraciadamente, las formas de lograr sus objetivos no son ridículas fotografías de sociales, ni la mera ostentación de estupidez, sino presiones financieras, campañas de rumores, fugas de capitales, bulldozers de corrupción, amenazas muy claras y múltiples mecanismos brutales abiertos o clandestinos, que llevamos tiempo sufriendo (véase Un chavo bien helado. Crónicas de los años ochenta, Era, 1990).

Lo cierto es que siempre hubo demasiada pobreza y demasiada desigualdad, y el neoliberalismo llegó para no resolverlas: por agregación histórica —y, desde luego, convicción ideológica— no sólo conservó la pobreza y la desigualdad, económica y social, sino que las ha profundizado. Los neoliberales no destruyeron ningún paraíso, azuzaron y extendieron el infierno social. Antes del 82, fracaso, después del 82, también.

La igualdad perfecta y total es indeseable e imposible, pero la desigualdad que existe en México —y la mayor parte del mundo— es ilegítima y lamentable. Debe reducirse. Y eso sí se puede… Y sí es urgente. No debe ignorarse. El problema debe observarse y entenderse. Hay que verla (con mayúscula) para dejar de verla (poder llegar a su reducción suficiente). Esa histórica y creciente desigualdad nacional se ve así también: once fotografías tomadas en la Ciudad de México, Puebla, Tabasco y Tlaxcala, que además dan cuenta de que la desigualdad es desigual… ®

Compartir:

Publicado en: Fotografía

Apóyanos:

Aquí puedes Replicar

¿Quieres contribuir a la discusión o a la reflexión? Publicaremos tu comentario si éste no es ofensivo o irrelevante. Replicante cree en la libertad y está contra la censura, pero no tiene la obligación de publicar expresiones de los lectores que resulten contrarias a la inteligencia y la sensibilidad. Si estás de acuerdo con esto, adelante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *