Jack London gustaba de la bebida. No se sabe si la suya fue una muerte por alcoholemia o suicidio. Con prisa vivió, trabajo, viajó, bebió, leyó, escribió y amó sin tomar descanso alguno. Hombre y escritor contradictorio, aquí un poco más sobre él.
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Se consideró amigo de los animales desde la infancia. En sus libros defendió no sólo a los seres del mundo animal, sino a los niños, a los obreros, a la gente de cultura afroamericana.Aunque ya maduro, despotricó en tónicas fascistas contra la inmigración china de fines del siglo XIX, llamándola “la invasión amarilla”, una enfermedad social, según sus prejuicios. Hasta escribió un ensayo completo y lo publicó, atacando en él a los inmigrantes asiáticos. Participando, contradictoriamente durante su juventud, en innumerables huelgas que buscaban la creación de empleos tanto para nativos desocupados de Estados Unidos como para ilegales de cualesquiera orbes en ese país.
Críticas no dejaron de lloverle desde el lado feminista, acusándolo de misoginia, machismo, brutalidad literaria hacia el sexo débil y de ofrecer un papel más bien pobre a la mujer en sus historias. Empero, en vida no cesó de ayudar a sus ex esposas y ex amantes, tanto económica como moralmente, así como para que publicasen sus obras en el caso de cónyuges escritoras.
Las especialistas en literatura de corte feminista no le tenían en muy buen concepto, regodeándose en el odio y la repulsa hacia sus libros. Por otro lado, sus parejas no parecen haberse quejado demasiado de él. Sus libros desbordaban una virilidad aventurera excesiva, rara en estos días en algún artista de hoy. La cual debía producir cierta urticaria en algunas sensibilidades femeninas. Sería interesante conocer la opinión contemporánea de lectoras mujeres sobre la obra de Jack London en general.
Hijo bastardo de un astrólogo. Leyó una biblioteca completa en San Francisco durante su infancia y adolescencia. Fue su única escuela. Se embarcó en cargueros, trasatlánticos japoneses, balleneros franceses y barcos cazadores de focas. Buscó oro en Alaska; extrajo ostras del Pacífico de manera ilegal en un barco adquirido con los ahorros de su madre. Luego, al perder su precaria embarcación, se pasó del lado contrario, haciéndose policía naval y persiguiendo a los piratas de mariscos a quienes otrora idealizara.
Nunca en toda su vida cesó de leer. Caótico, anárquico, oscilante y desordenado lector. Marca de su autodidactismo. Lo mismo simpatizaba con Nietzsche que con lecturas aparentemente opuestas al nihilismo, como Marx, Engels y Bakunin. Tanto socialista como fascista; creyente en un Superhombre, del mismo modo que en la emancipación del proletariado. Colaboraba en huelgas y sindicatos a la vez que devoraba el Anticristo y Así hablaba Zaratustra. Individualista y ególatra, escribió muchos de sus libros sólo por dinero; de igual modo amigo de las masas y los trabajadores. Escritor amado por el pueblo, admirado por lectores de todas las edades. Iniciador a la lectura: muchos jóvenes y niños lo reconocerían como su primer autor de cabecera. Al mismo tiempo metafísico que un espíritu científico y fanático del conocimiento comprobable y empírico. Conocedor del darwinismo y el positivismo. Creyente místico en la sabiduría de la Madre Naturaleza. Titularía a una de sus obras más laureadas El llamado de la selva y no de otro modo. La historia de un perro cruza de San Bernardo y pastor alemán, Buck, quien tras ser secuestrado y vendido en Alaska se convertiría en líder de una manada de lobos y perros salvajes.
Escribió su primera obra con intereses meramente comerciales, con la única y pragmática idea de vender sus pensamientos y hacerse rico con ellos. Y lo conseguiría. El bagaje de aventuras acumuladas en sus viajes y correrías de vagabundo le serviría para poblar sus libros de personajes enigmáticos y originales, con quienes resultaba a sus lectores imposible dejarse de identificar. Así como de situaciones apasionantes para quienes vivían en las ciudades de Europa y Estados Unidos, los que pronto agotarían las inacabables ediciones, tirajes y reediciones de sus libros.
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Se imponía jornadas de escritura de más de doce horas al día. Redactando sin cesar una nueva obra tras otra.
Hijo bastardo de un astrólogo. Leyó una biblioteca completa en San Francisco durante su infancia y adolescencia. Fue su única escuela. Se embarcó en cargueros, trasatlánticos japoneses, balleneros franceses y barcos cazadores de focas. Buscó oro en Alaska; extrajo ostras del Pacífico de manera ilegal en un barco adquirido con los ahorros de su madre.
Sus héroes, sobradamente contradictorios al igual que él. Como aquel grumete en su novela El lobo de mar, quien es secuestrado por el Capitán Wolf Larsen en un barco cazador de focas. Viéndose forzado a abandonar una apacible vida como crítico literario en Londres, teniendo que aprender a defenderse y conservar su vida a toda costa al interior de aquel barco, El Fantasma, comandado por un hombre brutal. También Dragoninof, de Asesinatos L.S., un filósofo y asesino profesional que funda una sociedad de matones a sueldo, discretos y silenciosos, capaces de escribir tratados científicos y de armar sofisticadas armas. Su ideal de hombre no era de ningún modo el intelectual universitario, el investigador de cubículo ni el roedor de biblioteca. Contrariamente, en sus historias se mofaba de los seres librescos. Su hombre prototípico sería una mezcla de filósofo, terrorista, viajero, inventor, líder sindical, empresario, trampero, novelista y agricultor. Alguien pulido en la batalla por la sobrevivencia diaria, al mismo tiempo que pensador, cultivado y reflexivo.
Intuía que bajo la lucha cotidiana por la vida y la superación de obstáculos aparentemente infranqueables, los seres, incluyendo a los animales, quienes fueron personajes protagónicos imprescindibles en sus libros, pulirían sus almas y las fortalecerían. Surgiendo de tal modo en ellos el amado Superhombre nietzscheano. Fusión plena de intelecto, acción y corporeidad.
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Se imponía jornadas de escritura de más de doce horas al día. Redactando sin cesar una nueva obra tras otra.
En su etapa de madurez compró un rancho en California que ahora es museo. De manera autodidacta aprendió agricultura japonesa, abrevando, como sabía hacerlo, por su propia cuenta, en manuales y tratados de botánica y cultivos orgánicos orientales. Los especialistas dicen que fue incomprendido en su época, que el proyecto de su rancho se encontraba adelantado a su tiempo. Hoy en día hubiera sido bien calificado como productor sustentable o empresario consciente.
Le dolía que sus libros produjesen mucho más ganancias que sus cultivos y crías de ganado.
También gustaba de la bebida. No se sabe si la suya fue una muerte por alcoholemia o suicidio. Con prisa vivió, trabajo, viajó, bebió, leyó, escribió y amó sin tomar descanso alguno.
Dicen que cuando fue a Piamonte para una entrevista portaba, expresamente, una camisa de franela a cuadros de minero. Destacando entre los aristócratas y artistas europeos por su rudimentario atuendo. Siempre supo mantener su imagen de hombre del pueblo y vagabundo, aunque sus libros ya le producían miles de dólares. Para dolor suyo, mucho más de lo que nunca obtendría por la producción de su fallida granja. ®
Veneranda
Aunque London no es precisamente un feminista, en su maravillosa narración «La historia de Jess-Uck», incluida en el libro de cuentos «La peste escarlata»; coloca a la protagonista de la historia, como una mujer fuerte que, a pesar de su condición inferior tanto étnica como de género, da muestra de una profunda y conmovedora dignidad.
Este libro es uno de mis favoritos ¡Me encanta! Ampliamente recomendable para los que se quieran acercar a este gran escritor. Mujeres, no tengan miedo, les va a gustar ;)
David Aguilar
Por un bistek , cómo olvidar esa novelita magnifica sobre el hambre y el esfuerzo de un individuo , no ya para salir del agujero , si no para no morir en él. Chido texto.
Tomás Oropeza
El talón de hierro, es una novela de política ficción sobre un mundo donde un país domina a todos los demás y su gobierno persigue a los rebeldes. Algo bastante parecido a lo que fue y ha sido Estados Unidos en la historia.
Saludos