Milena Múzquiz y Martiniano López-Crozet integran este dueto mexico-argentino-californiano que rompe con el molde roquero en el que muchos músicos latinoamericanos han intentado infructuosamente hacer algo que evite los lugares comunes.
Desde hace más de una década Los Súper Elegantes forman parte de una escena tan dispareja —predecible en buena medida— como la que representa la música hecha por latinos en Los Ángeles. Entre una candidez deliberadamente falsa y un pop tan desprejuiciado como bizarro, entre una elegancia y decadencia atemporales, estos sui generis performers han regresado con Nothing Really Matters, su segundo álbum.
Después de siete años de Channelizing Paradise decidieron realizar una nueva colección de temas. “Cada canción es un disco entero, condensado en tres minutos”, explica Milena. “También hemos escrito cinco obras musicales para teatro durante este periodo”, continúa la también diseñadora de vestuario y admiradora de Catherine Spaak, que afirma contestar nuestras preguntas “sobre el escenario del Echo Club, pidiéndole al público las respuestas”.
Mientras tanto, Martiniano elabora una radiografía angelina para comentar acerca de los cambios con el paso del tiempo. “En mi barrio han abierto diez restaurantes y han cerrado tres bares gay. La bicicleta es el nuevo medio de transporte. Los precios de los bienes raíces bajaron 47%. El 40% de los nuevos habitantes de Los Ángeles viene de Nueva York. Todos esperamos con ansias que la música vuelva a existir de nuevo”.
—Formaron parte del festival South by Southwest (SXSW) en Austin, Texas.
Martiniano y Milena
Martiniano: Sentí algo extraño. Nos patrocinó una marca de chicles y un programa de televisión para teléfonos celulares. Éramos uno de los cincuenta artistas que se presentaban en concierto a las 8:30 de la noche en Austin. El lugar estaba repleto y en la primera fila aparecieron nuestros fans. El resto estaba ahí por casualidad pero al final del show nos pideron autógrafos. El director de iTunes fue a saludarnos y nos invitó a desayunar. Últimamente me pasa que después de tocar entro en un trance epiléptico de sueño en el que esos detalles se plasman en un plano bidimensional y forman una especie de pintura. Los ruidos se agudizan, una especie de síndrome de Stendhal.
—¿En qué otros lugares han identificado a su público?
Milena: Cuando estuve en Japón me di cuenta de que “Dance” la tocaban en la radio y en las disco rockabilly.
Martiniano: Nos escuchan también en España, Inglaterra y Canadá. México, sin embargo, ha sido siempre nuestro nicho. La audiencia cambia al mismo paso que el índice de natalidad.
—¿Qué han incorporado a sus presentaciones en vivo?
Milena: Siempre tomamos mucho tequila, es parte de nuestra historia creativa.
Martiniano: Hemos simplificado el vestuario y sofisticado los pasitos. Tenemos la suerte de haber contratado a un iluminador increíble. Últimamente nuestros conciertos empiezan o terminan en silencio con una luz blanca intensa que enceguece al público. También usamos mascarillas blancas tipo mimo.
Los Súper Elegantes preparan una gira por México para realizarse durante octubre y al mismo tiempo organizan la filmación de una cinta autobiográfica. ®
