De la utopía comunista a la democracia

Yoani Sánchez en México

Las redes sociales, los blogs y twitter, han permitido que nos narremos en primera persona, que no sólo seamos la fuente informativa, sino también el propio soporte en el que los ciudadanos cubanos pueden expresarse y reportar esa Cuba profunda, silenciada y censurada en los medios oficiales.

Yoani Sánchez con un ejemplar de 2009 de Replicante. Foto © Eloy R. Linares.

Yoani Sánchez con un ejemplar de 2009 de Replicante. Foto © Eloy R. Linares.

En la reunión organizada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en la ciudad de Puebla, la vicepresidenta de esta asociación, Yoani Sánchez, presentó la ponencia “Cómo abrir el cerrojo desde adentro”, en la que habló de los obstáculos que enfrentan los periodistas independientes en Cuba, quienes al pensar de manera diferente viven con el constante peligro de ser encarcelados, aunque dijo tener la esperanza en que pronto transitarán a la democracia: “Seguimos viviendo en un país donde está penalizada la discrepancia, y aunque les parezca contradictorio mi mensaje, algo está cambiando irremediablemente, porque el cubano común ya no se traga fácilmente la papilla informativa del Partido Comunista”.

La bloguera explicó que al estar anulada la posibilidad de imprimir un periódico independiente, el uso de las nuevas tecnologías les ha permitido a los disidentes difundir otro tipo de noticias que describen el acontecer cotidiano de los cubanos. “Las redes sociales, los blogs y twitter, han permitido que nos narremos en primera persona, que no sólo seamos la fuente informativa, sino también el propio soporte en el que los ciudadanos cubanos pueden expresarse y reportar esa Cuba profunda, silenciada y censurada en los medios oficiales”.

Yoani Sánchez dijo que cuando regrese a la isla fundará un periódico que dará cabida a toda esa pluralidad de ideas que el régimen comunista ha callado durante varias décadas; dijo también que los obstáculos legales no serán un impedimento para sacar adelante su nuevo proyecto, y que tampoco tiene miedo al hostigamiento mediático que Raúl Castro seguramente organizará para hacerla claudicar.

Aparatos de la modernidad

La vicepresidenta de la SIP explicó que a pesar de las prohibiciones que existen en la isla, los cubanos muchas veces encuentran la manera de romper con algunas de ellas. A simple vista, La Habana puede parecer una ciudad anclada en la década de los cincuenta, pero al mirar a sus habitantes no falta el que se encuentra usando un teléfono celular. “La gente tiene la necesidad de acercarse a la modernidad, y estos artilugios tecnológicos representan la modernidad que no tienen a su alrededor”. Las maneras para adquirir alguno de esos aparatos dependen de diferentes factores, en algunos casos son los familiares que desde el exilio les envían una laptop, y en otros los turistas les venden o regalan estos aparatos. Además hay portales de internet en los cuales, pese a estar censurados, se puede comprar, con no pocos esfuerzos, desde una antena parabólica hasta un Samsung Galaxy 3. “Siento que los cubanos no nos merecemos lo que vivimos en involución tecnológica, en falta de derechos, en limitaciones a la libertad de expresión. Mirándolo desde aquí creo que merecemos ser ciudadanos del siglo XXI en todos los sentidos, probar nosotros mismos los retos y los grandes problemas que tiene la modernidad”, dijo.

El acceso a internet es muy restringido, y al no permitirles a los ciudadanos contratar una conexión de red doméstica tienen que ir a un hotel y pagar entre seis y diez dólares por hora, lo que representa la mitad o un tercio de su sueldo mensual. Por este motivo Yoani Sánchez ha sido acusada de que personas con intereses oscuros y contrarios al régimen cubano financian su activismo, aunque dijo que no tiene nada que ocultar pues gracias a los donativos de sus lectores ha podido continuar con la publicación de sus textos. Muchos corresponsales extranjeros acreditados en la Feria Internacional de Turismo de Cuba, en 2009, se “sorprendieron” al ver a Yoani con su laptop escribiendo en un hotel y conectada a la wi-fi, y más aún cuando vieron que nadie “de la Seguridad del Estado la molestara, ni sufrió ningún acto de repudio por parte de la población, algo que ella denuncia en sus artículos que sufre continuamente” [la infame nota, aquí]. Como si quisieran que en esos precisos momentos, y ante cientos de periodistas del todo el mundo, se cometiera un acto de represión contra ella, y como si fuera de lo más normal que un ciudadano cubano tuviera que ir a un hotel para conectarse a internet.

Yoani Sánchez dijo que cuando regrese a la isla fundará un periódico que dará cabida a toda esa pluralidad de ideas que el régimen comunista ha callado durante varias décadas; dijo también que los obstáculos legales no serán un impedimento para sacar adelante su nuevo proyecto.

El uso de Twitter en Cuba, dijo, ha provocado una “revolución informática”, pues con tan sólo 140 caracteres y un teléfono móvil se avisa en tiempo real del momento en que está ocurriendo un acto de represión; también ha permitido cuestionar conmemoraciones cívicas como la del 20 de octubre, en la que se festeja el Día de la Cultura Nacional; los twits de Yoani fueron una reflexión sobre cómo encontrar la manera de unir la cultura nacional con la de los miles de exiliados. Twitter está censurado por el gobierno cubano, y aunque les permiten mandar mensajes no pueden comunicarse con sus seguidores ni leer sus comentarios. A pesar del costo elevado para acceder a internet, el intercambio de información fluye de mano en mano por medio de una “memoria flash”, basta con que alguien descargue el contenido de una página web y luego lo intercambie por el de otra diferente.

Mueran las ideologías

A pesar de que existen personas y activistas incapaces de entender las diferencias de vivir en un régimen democrático y en uno totalitario, Yoani Sánchez dijo que fue a raíz de las detenciones ocurridas en la primavera de 2003 cuando decidió alzar la voz por la frustración que provoca el régimen castrista.

Fueron las palabras de su hijo Teo las que la obligaron a abandonar la indiferencia, pues su esposo, Reinaldo Escobar Casas, periodista independiente, le contó un día a Teo que su tío Adolfo había ido a prisión “por ser un hombre valiente” —se refería al activista y periodista Adolfo Fernández Sainz—, a lo que su hijo le contestó: “Entonces, ustedes son un poco cobardes porque todavía siguen libres”.

Yoani Sánchez en México. Foto © EFE.

Yoani Sánchez en México. Foto © EFE.

Muchas personas le preguntan a Yoani si tiene alguna ideología política, a las que responde que ella se siente como “un electrón libre, alrededor del núcleo de un átomo que se asocia dependiendo de la honestidad de cada premisa”. “Fidel Castro pensaba que ese Hombre Nuevo que había intentado formar, esa alquimia social que intentó cambiar la genética de mi generación, tenía que dar un hombre comprometido ideológicamente. Lo cierto es que no sé muy bien qué soy: por un lado tengo un alto compromiso con la libertad, cualquiera pensaría que soy una liberal, sin embargo, me preocupa mucho la gente humilde porque vengo de un estrato muy pobre, y sé que esas personas deben de tener oportunidades”.

Revolucionarios arcaicos

Un reducido grupo de personas irrumpió con gritos e insultos la rueda de prensa que la SIP organizó a Yoani Sánchez el domingo 10 de marzo, lo que también sucedió en su posterior presentación en el Congreso en la Ciudad de México. La bloguera dijo no sentirse ofendida porque está acostumbrada a este tipo reacciones. Al vivir en un sistema totalitario “es común recurrir al odio para destruir la autoestima de las personas”. “Ésos son los viejos métodos del totalitarismo, que conozco muy bien. Mi primer acto de repudio lo vi cuando tenía cinco años, una turba agredía a unos vecinos que habían decidió emigrar por el puerto de Mariel. Uno nunca se acostumbra al horror, ni debería acostumbrarse, pero de alguna manera estoy preparada para todos esos actos”.

“Ésos son los viejos métodos del totalitarismo, que conozco muy bien. Mi primer acto de repudio lo vi cuando tenía cinco años, una turba agredía a unos vecinos que habían decidió emigrar por el puerto de Mariel. Uno nunca se acostumbra al horror, ni debería acostumbrarse, pero de alguna manera estoy preparada para todos esos actos”.

A pesar de los intentos de sabotaje organizados por la embajada cubana en Brasil, Yoani dijo que fueron más las personas que la esperaban para ofrecerle un abrazo. “Lo que iba ser un cubo de agua fría a mi visita, se convirtió en un detonante de solidaridad, ya que en una semana mi cuenta de Twitter creció a 35 mil seguidores, la mayoría brasileños”.

Periodismo en distintas trincheras

Durante su estancia en Puebla, la autora del blog Generación Y mostró su solidaridad con todos los periodistas que se juegan la vida en esta profesión, y reconoció la labor, entre otros, de Judith Torrea al cubrir en Ciudad Juárez la violencia contra las mujeres y el tema del narcotráfico. “Cualquier colega, cualquier periodista, cualquier persona que por tener una información y por reportarla ha muerto o su vida corre peligro cuenta con mi solidaridad, porque la palabra no se puede responder con violencia”.

En la sala de su casa habanera.

En la sala de su casa habanera.

También se refirió a los peligros que enfrentan los ciudadanos de Bolivia, Ecuador, Venezuela y Argentina que, al legitimar gobiernos populistas, permiten la disminución gradual de sus libertades políticas. “Creo que ustedes están experimentando la creación de la jaula en la que nosotros vivimos, y aunque sea en un pequeño matiz es igual de alarmante, porque a veces la jaula se levanta de barrote en barrote, y sin que nos demos cuenta van suprimiendo el derecho a la información, el derecho a la expresión, el derecho a la pluralidad, y cuando volteamos a ver estamos ahí encerrados, dando gracias por el alpiste y por el agua, así que cuidado”.

Lamentó que, en su país, quienes ejercen un periodismo distinto al oficial “caminan en una línea roja que va de la libertad a la cárcel”, pues la Ley de Protección de la Independencia Nacional y Económica de Cuba, mejor conocida como “Ley Mordaza”, impide a los ciudadanos ejercer el derecho a opinar y asociarse. Expuso el caso del periodista Calixto Ramón Martínez Arias, quien lleva seis meses detenido por acusar al gobierno cubano de realizar un mal uso del paquete de medicamentos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) les donó, así como por documentar un epidemia de cólera, lo que produjo el enojo de las autoridades, pues para ellas Cuba es un paraíso sanitario.

Yoani señaló que desde el 8 de marzo Calixto Ramón Martínez y Osvaldo Rodríguez Acosta se declararon en huelga de hambre, y que al día siguiente, Gorki Águila Carrasco, guitarrista y vocalista de la banda de punk Porno para Ricardo, fue detenido en su casa por organizar la presentación de su nuevo disco, que lleva como título Maleconazo. El grafitero Danilo Maldonado Machado, mejor conocido como “el Sexto”, fue llevado a prisión porque mientras se presentaba el disco él pintaba unos graffitis. Afortunadamente, dijo Yoani, a la mañana siguiente ambos salieron de prisión, aunque desgraciadamente “no será la última vez que les impedirán realizar un acto de libertad artística”. Yoani acusó a Raúl Castro de organizar un tipo de represión paramilitar, pues son muchos los activistas que han declarado que mientras caminaban por la calle fueron obligados a subir a autos particulares por personas vestidas de civil, y durante horas de secuestro han sido víctimas de distintos tipos de golpes, torturas e interrogatorios.

Yoani acusó a Raúl Castro de organizar un tipo de represión paramilitar, pues son muchos los activistas que han declarado que mientras caminaban por la calle fueron obligados a subir a autos particulares por personas vestidas de civil, y durante horas de secuestro han sido víctimas de distintos tipos de golpes, torturas e interrogatorios.

Yoani Sánchez agradeció el apoyo que ha recibido de la comunidad internacional y pidió que no se olviden de los otros bloggers cubanos, que ofrecen una gran variedad de contenidos. Muchos de sus lectores, dijo, trabajan para los escasos diarios oficiales, como Granma, aunque dijo tener la esperanza de que cuando ellos entiendan sus textos terminarán uniéndose a su causa.

Como futuro: la democracia

El que la mayoría de los miembros del Partido Comunista se encuentren en el ocaso de su vida provoca en Yoani Sánchez cierta expectativa por un camino hacia la democracia, aunque lamentó la apatía de los ciudadanos al no querer arriesgarse a impulsar los cambios que el país necesita. “Los cubanos están esperando que la biología haga lo que su rebeldía no ha podido hacer, eso me apena por mi país, porque pienso que el cambio debe de empezar desde abajo, empujado por esos deseos de inconformidad, pero por el momento no veo que la temperatura de ese sentimiento crítico pueda empujar a corto plazo un cambio”.

Yoani desestimó las declaraciones de Raúl Castro en las que aseguró que dejaría el poder en el 2018, pues es una “pésima manera de hacer bromas sobre el destino nacional”. Recordó que durante 54 años él y su hermano han gobernado el país y aseguró que más bien dentro de cinco años Raúl “ya no podrá ejercer la presidencia por cuestiones de deterioro físico y metal”. Asimismo, lamentó que en Cuba no se cuente con un marco legal que permita la existencia de un régimen de partidos políticos, porque existen muchos cubanos con proyectos de reconstrucción económica y social que se encuentran a la espera de que algún día se despenalice la discrepancia. “No veo que a corto plazo el gobierno cubano vaya a permitir legalmente la existencia de otras fuerzas políticas, saben que si abren ese espacio y nos dan acceso a los micrófonos tendrían muy pocas oportunidades de volver a gobernar”.

La muerte de Hugo Chávez, dijo, podría acelerar algunos cambios en el régimen, pues al dejar de percibir la enorme ayuda económica proveniente de Venezuela, Raúl Castro se verá obligado a atraer más inversión extranjera al país.

El comunismo no puede ser más que una utopía

Yoani Sánchez recomendó a todos los que viven fuera de Cuba que eliminen la idea romántica que tienen de la isla, en la que sus habitantes, a pesar de que viven rodeados de hermosas playas, viven en una prisión donde el mar no es el principal obstáculo que les impide alcanzar su libertad. “Tanta gente sigue creyendo el mito de la isla de la utopía, el mito de la isla de la esperanza, pero hemos vivido bajo un gobierno que no ha sabido cultivar la tierra para proveer a los cubanos de comida, que no ha sabido darnos una plataforma de libertad que nos permita asociarnos, pero que ha sido muy hábil y ha gastado muchísimo dinero para crear esa propaganda mundial de la isla de la esperanza”. La disidente opina que el tema del bloqueo económico es el principal argumento del gobierno para explicar la falta de derechos al interior de Cuba. Dijo que se sentía asombrada de que durante este viaje haya encontrado a jóvenes que lucen en sus playeras la imagen de Ernesto Guevara, quien solía decir: “Todo revolucionario tiene que saber convertirse en una máquina de matar”. En la isla, dijo, a los estudiantes de primaria se les obliga a repetir la consigna: “Pioneros en el comunismo, seremos como el Che”.

Finalmente, Yoani Sánchez habló de la sensación que le produce leer los libros de George Orwell: “Cuando los leo me doy cuenta de que hay una obra literaria metafórica, pero también me da la sensación de que me está narrando unas escenas tan cotidianas que ya no es literatura, sino el diario personal de un cubano”. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas, Marzo 2013

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