Diez motivos para no escuchar Calle 13

La saciedad del espectáculo

Harían bien los seguidores de esta banda reguetonera y sus entusiastas comentaristas en leer con calma las razones que esgrime el autor para hacer ver la falsedad de la rebeldía de Residente y sus músicos.

Antes de proceder contra Calle 13 quisiera hacer tres advertencias:

1) Mi problema no es con la gente que disfruta bailar reggaeton o haya descargado alguna canción del grupo puertorriqueño, sino con todos los que argumentan que Residente es un gran letrista, un artista fuera de serie, o peor aún, portavoz y bailarín de un pensamiento político rebelde.

2) En más de una ocasión me refiero al público que sigue a Calle 13, estoy seguro de que existen excepciones, no necesitan recordármelo.

3) Doy por sentado que tocan reggaeton, no estoy dispuesto a discutir lo contrario.

Ahora sí, una revancha mínima por todas las ocasiones en que me he sorprendido escuchándolos en contra de mi voluntad.

Cada quien se irá transformando en su propio personaje

El hombre no tiene memoria, pero hace apenas una década existió otro músico que vendió millones de discos en todo el mundo, también rapeaba más de lo que cantaba, fue mediatizado como irreverente y provocador, se le reconocía como un letrista original, se disfrazaba en sus videos, usaba recursos humorísticos, era el chico malo consentido de MTV, compartía la misma y desconcertante afición por las camisetas sin mangas. Residente fue creado a imagen y semejanza de Eminem. Ambos pertenecen a una tradición que posiblemente comenzó con Elvis, sobrevive hasta nuestros días y se ha sabido moldear a las distintas épocas. El espectáculo mediático, en cualquiera de sus esferas, ya tiene roles asignados, están en perene casting para llenarlos, la vertiginosidad de nuestros tiempos lo demanda. Huyssens habló de la mass media como máquinas de producir presente. Posmodernidad y remake. Por su neurosis informativa, los medios mercadean estereotipos, no hay tiempo para construir narrativas o personajes complejos. A principios del siglo XXI se requieren, por ejemplo, la princesa pop virginal, el baladista maduro para las mujeres maduras, de la misma forma en que se necesita un diputable en representación del gremio o el enemigo infiltrado entre los titulares de la selección mexicana y claro: un rebelde de juguete, la figurilla de acción de la industria musical.

A pesar de ello, considero que Eminem es un artista superior y encarna mejor la figura del rebelde que ambos proyectan. El verdadero nombre del estadounidense es Marshall Bruce Mathers III, creció en un suburbio de Detroit, por algunos años en casa rodante, educado solamente por su alcohólica madre y su querido tío que lo introdujo al hip hop antes de suicidarse, fue víctima de severo bullying en la escuela, entre una turbamulta de afroamericanos logró destacar en las batallas de rap, consiguió un contrato para grabar y de un día a otro era millonario, protagonizaba los titulares de los diarios.

El verdadero nombre de Residente es René Pérez Joglar, hijo de un conocido abogado y una actriz, perteneciente a la clase media puertorriqueña, cursó un bachillerato en artes, viajó a Georgia y Barcelona para continuar su estudios en cine y edición de audio, una crítica favorecedora en Time Magazine catapultó a Calle 13 a la cima, llenó su estantería de Grammys.

Por supuesto, sus biografías no los validan ni desacreditan por sí mismas, pero son importantes para entender lo que representan como figuras rebeldes mediáticas. Las letras de Eminem son de explícita violencia, habla de matar a su esposa, del odio a su madre, sus problemas con las drogas, emprendió una cruzada sanguinaria contra la cultura pop y la industria de la música. Tras unos cuantos días estudiando sus letras, me queda claro que no se considera una autoridad moral, sino el resultado de una normalidad violenta como la de millones, siente tanto asco por el mundo como por sí mismo. Su rebeldía es auténtica porque emerge del lado más oscuro de la conciencia de una época, se destroza en cada verso que escribe, dejó un valioso testimonio sobre los daños que sufre un individuo crecido en un ambiente violento. Su personaje halló en el rap el vehículo natural de expresión para su pensamiento.

Por otro lado, Calle 13 no puede acreditar su rebeldía en sus canciones, por lo tanto necesita construir su personaje mediante el abuso de la autorreferencialidad, él mismo se nombra obsceno, inmoral, el máximo exponente del pecado…

Soy rebelde
como un monaguillo en la iglesia
fumando cigarrillo
sin que la monja se lo sospeche
soy rebelde
como una vaca que no quiere dar leche.

Así su rebeldía, así los que se la crean. Basta echar un vistazo a la prensa que recibe el grupo para entender el porqué de cómo se le percibe socialmente, titulares como “Revolución” o “La voz rebelde de Latinoamérica”, o preguntas sobre cómo puede tener un pensamiento tan radical o cómo le hizo para ser aceptado por las élites intelectuales del continente. Sí, bueno, jmmm, ¡achú!

Calle 13 no puede acreditar su rebeldía en sus canciones, por lo tanto necesita construir su personaje mediante el abuso de la autorreferencialidad, él mismo se nombra obsceno, inmoral, el máximo exponente del pecado…

La estrategia de los puertorriqueños es atentar contra lo que teóricamente está prohibido, a pesar de que convivimos a diario con ello. Por ejemplo su tratamiento del sexo, tan escandaloso para muchos, es muy light comparado con lo que cualquier hombre en edad de masturbar ve cada semana en internet. Le apuesta a la doble moral, a través del escándalo frívolo legitima aquel prohibido que en realidad es aquel normal, entonces las señoritas obtienen su dosis de pecado y luego se sienten culpables después de follar.

Su vía de expresión, a diferencia del rap, nació como un producto comercial. Anarquía artificial, defensor de todas las causas, por momentos su figura pública parece un tríptico del Instituto de la Juventud. Su pensamiento encarcelado en la forma del reggaeton. Me atrevería a decir que se trata de un conservador en la medida en que sus canciones se construyen a partir antivalores de todos los días como ignorancia o machismo. Es otro anuncio de telemarketing.

Camus advierte: “En arte, la rebelión termina y se perpetúa en la verdadera creación, no en la crítica o el comentario”. La rebeldía artística en la posmodernidad sólo puede existir si nace de la inteligencia y el riesgo, concilia lo íntimo y lo universal, edifica otros universos cerrados y verosímiles, atraviesa el tiempo como una bala que nunca reducirá la velocidad.

La rebeldía se ha vuelto un elemento sustancial del espectáculo. Al menos Eminem tuvo la decencia de reconocerlo. “I am whatever you say I am. If I wasn’t, then why would I say I am?”

Poética y corrección de estilo

Los que huelen a meados de viejito,
a esos son los que yo resucito
y les devuelvo el apetito
con un poquito de pornografía.
Mujer tú eres toda una geometría,
tú tienes el pudín como me gusta,
estirao con estrías
como de repostería,
con la falda corta
al estilo de Miami,
enseñando la mitad del salami.
Aquí te traigo juguito yambinga,
coño zapatea que tú no eres gringa,
yo te sacudo como un estornudo,
te pongo a vomitar el desayuno,
te enseño mi lenguaje hombruno
y con él te vacuno
—“Cumbia de los aburridos”

Poética de la ocurrencia, versificación del inventario. Salta de un campo semántico a otro como si se tratara de cambiarse los calcetines. Debe hacerse el protagonista cada línea. Encabalgamiento de versos vacíos. Cuando la fragmentación no se utiliza para crear una visión unitaria o integradora del mundo es un recurso holgazán. Un lenguaje legitima al otro, así que se vale de modismos, barbarismos, argot urbano, insultos y algunas provocaciones gratuitas para crear un show efectista. Su música fue hecha para el presente, sus referencias poperas se irán deslavando porque aluden a la inmediatez. Como el atún y otros productos enlatados, Calle 13 viene con fecha de caducidad.

Aunque no fuera de mi gusto “Atrévete te” me pareció en su momento fresca e ingeniosa, su mezcla de spanglish, construcciones absurdas y referencias pop sonaban distinto, pero jamás pensé que harían toda una discografía multiplatino, multimillonaria, con base en la rima fácil.

En repetidas ocasiones Residente demuestra que además de talento le hace falta un diccionario. Me pregunto si cuando dice “eres pura geometría” se refiere a que es poligonal, cúbica o lineal. Elegí ese ejemplo del epígrafe, pero hay decenas más; si esos sesgos de información, construcciones estilísticas no se le perdonan a un joven escritor cuando publica un libro, no entiendo por qué aplaudírselas a un normalón que encabeza las listas de best sellers.

En su éxito con Café Tacuba nombra cualquier persona-animal-cosa que se le ocurra para rematar el estribillo e integrarlo al “aisevá” con un “no hay nadie como tú amor” en el coro. La dificultad creativa de esa canción es proporcional a la que se requiere para hacer la lista del súper. Prefiero ser un intolerante, mamón, cascarrabias, raboverde, quejumbroso y arrugado que suponer una inteligencia privilegiada se esconde detrás de versos como “Hay personas gordas, medianas y flacas,/ caballos, gallinas, ovejas y vacas”. He visto a los Teletubbies rapear mejor que eso.

Narrativa de estereotipos

Rompe varias reglas elementales para cualquier narrador. El mayor problema es que la construcción de sus personajes, ambientes, hechos, su lectura del mundo en general se fundamenta en estereotipos. Penosamente, acredita las creencias de sus seguidores en lugar de confrontarlos con alguna otredad. Tiene que dar su opinión sobre todo, lo cual se vuelve muy incómodo. Peca de cursi y juicioso. Por momentos es moralista, por no decir mesiánico. Le pone demasiado peso a la frase por encima del todo, es discontinuo e inconexo. Sobrestima sus propias obsesiones por encima de las de sus personajes, les mete el pie, no los deja caminar.

La industria de la fiesta

Con base en sobreproducción en estudio, grupos como ellos o los Black Eyed Peas contribuyen a establecer la fiesta como un templo artificial que cumple para muchos la función que para un buen cristiano ir a misa los domingos. Su utilidad para construirnos como individuos o desarrollar un pensamiento independiente es más o menos la misma.

Se trata de una auténtica distopía: la industria de la música sometida ante la industria de la fiesta. Punchispunchis, basta echar un vistazo a las listas de canciones más escuchadas para percatarse de que el público mayormente busca un ritmo pegajoso para bailar la noche de un sábado. Es un producto cultural que no te compromete a empatizar con él, a mimetizarte con la obra, sino a escucharlo de fondo. La música, sea arte o entretenimiento, tiene más poder que cualquier otra expresión creativa. Calle 13, al igual que tantos otros grupos del aparato comercial, sirve para fijar valores y ninguno más sobrevalorado que su visión de lo divertido. La fiesta es un simulacro de lo extraordinario, se ha vuelto parte de nuestra normalidad: estar sentando en la barra mientras se calienta la cerveza es casi tan emocionante como lavar los platos. No hay que menospreciar, valga la calamidad de la época, hasta qué punto uno es lo que consume.

Hay temas que no le pertenecen a la fiesta, la forma y el fondo deben fundirse, insisto: resulta imposible considerando que se trata de un ritmo que fue creado para acompañar con Bacardí, bailar en un espacio donde ni siquiera puedas escuchar tus pensamientos y tentativamente recibir tremenda untada de camarón de algún cholo con mostacho cantinflero. A base de sobreproducción en estudio, grupos como ellos o los Black Eyed Peas contribuyen a establecer la fiesta como un templo artificial que cumple para muchos la función que para un buen cristiano ir a misa los domingos. Su utilidad para construirnos como individuos o desarrollar un pensamiento independiente es más o menos la misma. El deseo es un producto de consumo.

La industria del amor

Por ti yo hago lo que sea
peleo contra 300 ninjas en Corea
por ti pesco 500 delfines
y cruzo la cordillera de los Andes en patines
—“Electro movimiento”

La palabra amor en el pop no vale ni un penique, aunque pesa una tonelada. La industria musical, cual loop del Vaticano, lo ha difundido como el valor primigenio del hombre, el que lo hará ser justo, libre, empático, aunque principalmente ha conseguido hacerlo cínico, manipulador, perezoso y egocéntrico. Ama y fiestea, teme a tu soledad. El amor es la ilusión más verosímil.

No es gracioso o no entendí

La parodia de la parodia de la parodia no es graciosa. Como nada de lo que hace es serio, para sus fanáticos no puede ser atacado en serio, sólo defendido. Su humor es más escatológico que irónico, payaso que sarcástico, ridículo que absurdo, ingenuo que ingenioso, technicolor que negro. “Lo cómico, para producir todo su efecto, exige como una anestesia momentánea del corazón. Se dirige a la inteligencia pura”. Lamentablemente los puertorriqueños carecen de esa jiribilla mental que señala Henri Bergson. En resumen: se trata un mal chiste que nunca entendí.

Políticamente correctos

Calle 13 es políticamente correcto, es decir: prejuicioso, maniqueísta, ignorante, artificial, patriotero y guadalupano.

Tómese como evidencia este retrato cursi y exotista del migrante.

En tu sonrisa yo veo una guerrilla,
una aventura, un movimiento.
Tu lenguaje, tu acento.
Yo quiero descubrir lo que ya estaba descubierto.
Ser un emigrante, ése es mi deporte.
Hoy me voy pal’ norte sin pasaporte,
sin transporte,
a pie, con las patas.
Pero no importa este hombre se hidrata
con lo que retratan mis pupilas.

Los migrantes sufren toda clase de abusos (inclusive por parte de mexicanos), y dudo que consideren lo suyo un deporte. También supongo que tienen piernas y no patas, están más preocupados por ganar el pan que en la guerrilla, y me queda claro que el asunto importa y definitivamente los mojados no se hidratan con lo que retratan las pupilas de Calle 13. Me pregunto si le interesa más la problemática migratoria por su trascendencia sociopolítica o porque nada se cotiza más en el mercado que el efímero presente.

El mensaje político que transmiten es el mismo que se puede escuchar en cualquier peluquería. Le añaden algunas groserías más, le meten sazón en el estudio y engañan a cientos de miles de jóvenes “alternativos” haciéndoles creer que tienen conciencia de la realidad política porque:

a) Están convencidos de que existe un sistema y se trata del principal enemigo. ¿Dónde comienza y termina ese sistema? ¿En qué consiste? ¿Quiénes lo controlan? ¿Con qué propósitos, medios, estrategias? ¿Cuáles son sus mecanismos? ¿Dónde puedo consultar su organigrama? ¿Son una célula maquieavélica o una organización civil?

b) La culpa siempre puede ser de Estados Unidos, no hay necesidad de matizarlo, encarnan el mal y no cabe duda de que esconden los cuarteles del sistema.

c) “Inches polítikos me cai que son una miarda, sólo kieren jodernos y kreo que devieran meterlos a todos al vote por pendejos”.

d) Sólo una revolución podrá salvarnos del sistema, los políticos y Estados Unidos. ¿Cuál revolución? No sé, habrá que preguntarles a los caudillos del reggaeton.

¿Quién hubiera dicho que José Martí sería la figura más influyente en la letrística latinoamericana del siglo XX e inclusive de principios del XXI? ¿Y quién hubiese predicho que para colmo no lo sería por su visión poética, sino por su proyecto ideológico? ¿Y quién en su insano juicio hubiese adivinado que el aparato musical permitiría que la faramalla y el perreo tuvieran más difusión en unas semanas que la obra del pensador latinoamericano en una vida?

A la medida de MTV

Desde que la música llegó a la televisión y en la medida en que otros formatos se han consolidado, ha tenido que mutar en un espectáculo que integra elementos teatrales y multimedia. Gracias a ello presenciamos el gran muro de Pink Floyd, la trayectoria camaleónica de Bowie, las alucinaciones de Génesis y Roxy Music, los videos de Michael Jackson y los visuales de Daft Punk.

De nuevo fue un formato comercial, el videoclip, lo que comprometió esta vena de la música. Cuando la gente perdió el interés y los ratings de MTV cayeron en picada vino el internet a salvarlos, sólo que ahora compiten con un mundo virtual que sólo conoce el aquí y el ahora, cualquiera cierra o cambia de pestaña cuando guste, así que necesitan ridiculizarse más y por eso casos tan lamentables como el de los puertorriqueños o la señorita Gaga.

Veo sus videos y queda claro que si fuera buen músico no tendría que ser un entretenedor, un payasito tatuado cuya empresa musical demanda que siempre deba llamar la atención sin importar si tiene algo que aportar. ¿Pueden nombrar algún gran músico del siglo pasado que se degradara a sí mismo de tal forma? Calle 13 se sostiene gracias a YouTube.

Todo un caballero

Calle 13 es políticamente correcto, es decir: prejuicioso, maniqueísta, ignorante, artificial, patriotero y guadalupano.

Después de escucharlos largas horas diría que la representación que hace Calle 13 de la mujer es la de una máquina mamadora y tragasemen, tetona y escotada, con unas nalgotas para nalguear. Curioso que sus feligreses lo defiendan diciendo que se trata de una parodia del reggaeton, género que se caracteriza por el contenido machista de sus letras. De nuevo, se engañan si creen que el aparato pop no influye en cómo experimentamos nuestra sexualidad o percibimos al otro género. Me encantaría ver qué harían sus fanáticas si una noche cualquiera en cualquier bar un feo con suerte o una sonrisa colgate se les acerca bailando reggaeton y les recita al oído:

Yo sé que tú quieres chuparme las quenepas,
aunque no sean de Ponce.
No importa que no sean ni de oro,
ni de plata, ni de bronce,
lo que sé es que te gusta el roce,
también sé que te gusta mi elefante como tose.

La industria de la música

¿Buscan rebeldes en la música? Encuentren a Dylan, Zappa y Davis, tres figuras que se resistieron a ser caricaturizadas por los medios, se escabulleron de cualquier definición. El primero lo hizo abandonando el folk, el género con el que había cautivado infinidad de fanáticos en el mundo para mudarse al rock, recibió suficientes críticas y abucheos para llenar varias veces el Estadio Azteca. Zappa es el músico rebelde por definición, tanto que inclusive se mantuvo sobrio en el apogeo del hippismo, parodió a los Beatles, luchó incansablemente contra la industria de la música y siempre sonó absolutamente original. Finalmente Miles, tenía más heterónimos que Pessoa, se reinventó a sí y al jazz en repetidas ocasiones, en álbumes tan radicalmente distintos, infinitos y complejos como podrían serlo Kind of blue, Bitches Brew y Sketches of Spain. Son comparaciones descabelladas, pero me interesa porque se trata de tres artistas cuya música demanda ser escuchada atentamente y hasta el fondo para ser comprendida, no se adhirieron a la forma de moda en el mercado, sino que se inventaron una propia que les permitiera expresar su espíritu.

Ahora que desaparecieron los cassetes y asumiendo que al CD no le quedará tanta vida, la música comercial se nutrirá aún más de la inmediatez, dejarán de producir discos para lanzar sencillos de acuerdo con la ocasión.

Si me preguntan, el punto de quiebre fue cuando Elvis se vendió a los casinos de Las Vegas. La rebeldía llegó al supermercado. La industria musical se volvió un aparato de control que atenta contra nuestra voluntad de ser.

Vivimos un momento definitorio. Por un lado, las disqueras lanzarán cientos de miles de discos de sus elegidos, los harán sonar en antros y estaciones de radio, les conseguirán boleto para los principales festivales, realizarán espectaculares videoclips, se mantendrán cerca de sus fanáticos mediante Twitter. Por otro, el internet democratizó los contenidos, pueden tener el disco que quieran con un clic. Sea cuál sea la virtud que encuentren en la música de Calle 13, pueden hallarla en versión mejorada en otros autores. Cualquier época, procedencia, ritmo, la Musiteca de Babel, una auténtica maravilla del hombre a su alcance, sin moverse de su silla favorita. Todos somos consumidores, pero cada quién puede elegir cómo serlo y en cierta medida elegir al mismo tiempo lo que son y desean ser. Por lo menos hay que conocer lo otro, no seguir la fila al circo, para poder en verdad elegir.

Si me preguntan, el punto de quiebre fue cuando Elvis se vendió a los casinos de Las Vegas. La rebeldía llegó al supermercado. La industria musical se volvió un aparato de control que atenta contra nuestra voluntad de ser.

Residente se confiesan en sus propios términos:

Baterista de pequeño, rapero cuando adulto,
por eso riman a tiempo todos mis insultos.
A las mentalidades prehistóricas
las capturo con groserías luego las mato con retórica.

Los problemas no se dan por sentado
y más cuando hay abuso de parte del estado.
Sería muy fácil para mí escribir un bolero
o hacer un video rapeando encima de un velero
con mujeres en pelotas acariciándome los huevos,
sacrificar mis ideales pa’ venderte un disco nuevo…

Guy Debord lo escribe en mejores palabras. Esta cita lapidaria aparece en La sociedad del espectáculo y contiene la esencia de lo que he intentado expresar:

La alienación del espectador en beneficio del objeto contemplado (que es el resultado de su propia actividad inconsciente) se expresa así: cuanto más contempla, menos vive, cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de necesidad, menos comprende su propia existencia y sus propios deseos. La exterioridad del espectáculo respecto del hombre activo se manifesta en que sus propios gestos ya no le pertenecen a él, sino a otro que lo representa. Es por eso que el espectador no se siente en su sitio en ninguna parte, porque el espectáculo está en todas.

Sin darnos cuenta firmamos un pacto social con la industria de la música. Ante las crisis patrióticas tras las guerras, confundidos en el apogeo de la posmodernidad, nos ofrecieron refugio, identidades empaquetadas y lo tomamos porque era lo más fácil. Ah, maldita costumbre. Urgencia por pertenecer, por no quedarse solos, en los huesos y en posición fetal. Entonces existen punketos, metaleros, devotos de Cerati, ravers, creyentes de Silvio, indies, emos e infinidad de especímenes cuyo estilo de vida se define en buena medida por la música que consumen. Nos veo en la calle con audífonos, llenando cualquier escenario para concierto, descargando un torrent, cantando en el coche, bailando toda la noche en la discoteca…

La música es una dictadura perfecta. ®

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Publicado en: Mayo 2011, Todos los puentes quemados

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  1. David Gómez.

    Lo he leído completo, aunque de entrada no quería hacerlo pues te cierras a la idea de que es reggaetón y ahí te quedas. Lamentablemente te comento que no, Calle 13 no es reggaetón y que si, en algún momento lo «intentó» ser, única y exclusivamente con la intención de salir de su país de origen. Creo que si, es una buena crítica, pero no me gusta que te tomas muy literal todas las letras que ejemplificas, por ejemplo en «Pa´l Norte» es totalmente absurdo creer que en verdad habla de que sea un deporte, lo tomas muy literal, es lo único que no me gustó de tu crítica, de ahí en fuera pues bueno, son cosas que quedan a la perspectiva y criterio de cada quien. Saludos.

  2. Excelente opinión.

    Admito que he coreado, cantado incluso, alguna de sus canciones, sin embargo creo que nadie tendría que tomarse en serio a Calle 13, ni lo que hacen o dejan de hacer, son tipos que entendieron que se podía ser muy rico aprovechando las condiciones, bebiendo cerveza y garabateando estupideces que les pareciera a ellos y muchísimos más, divertidas. Fin de la historia, parece que dicen algo porque de alguna forma dicen una verdad, en el sentido que muchísimos jóvenes hemos pensado eso, de una u otra forma; si de paso me tomo la cerveza bailo un rato, saco un tema de conversación con la chica activista ___ (completarse con la imagen más prejuiciosa, que probablemente será precisa) de en frente, mejor. Creo merece la pena escribir al respecto, porque sí creo que es un engaño tomarse esto más serio que la sorpresa dentro del huevo de chocolate.

  3. Para todos aquellos que se toman el tiempo de leer el artículo completo, los felicito. La verdad, no me siento a su altura en cuestión de opiniones y la forma en la que hablan. Mi comentario va dirigido para gente como Waltergua y Robert. De seguro sólo tienen aversión hacia Calle 13 y tienen la necesidad de manifestarlo en todos los medios posibles. Como describe el autor en su artículo: «Inches polítikos me cai que son una miarda, sólo kieren jodernos y kreo que devieran meterlos a todos al vote por pendejos.» Al parecer sugiere que muchos de sus seguidores son así, pero el señor debe entender que sus simpatizantes son igual de incultos. Como waltergua que escribe: «Como es natural, saltan los defensores de Calle 13 a chillar y a tirarse de los cabellos con tal de defender a su héroe musical.» «Esos que salen a defender a Calle 13 con sus insultos y sus argumentos pobres de sacar a relucir temas que ni se tratan acá, ppppppffffffffffffffffffffffffffff….eso solo muestra que si, efectivamente son fanaticos de Calle 13.» Y luego de una manera tan ilógica agregando que los fans de Calle 13 sólo argumentamos con insultos escribe esto: «Esto es para ustedes: .l. » Waltergua escribe «La verdad esta bien el articulo, calle 13 y todo el regueton son una basura, los reguetoneros son ignorantes haciendo musica para gente mas ignorante!» de la misma manera en que Joaquin expresa la forma en la que se supone que pensamos los seguidores de esta banda.

  4. San Juan de Ulúa

    Joaquín Peón Iñiguez, por cuestiones de enfermedad(me arden los ojos, siento perforado un oído, y demás dolores de garganta) no pude terminar de leer su texto, lo cual pienso hacer. Quiero decirle que concuerdo con usted y me gustaría tener más contacto, en realidad tuve que buscar palabras en el diccionario para entender algunas cosas, y aunque debería serme indiferente, creo que los comentarios(los leí por encima) que leí como criticándole son refutables muy fácilmente. Gracias por unos 10 minutos de alegría.

  5. El criterio esgrimido desde un primer momento de que por ser hijo de un abogado y de una actriz y provenir de la clase media puertorriqueña le quita cualquier conocimiento o vivencia que pueda llevar a René Perez a escribir letras sobre la situación social y económica de Latinoamérica es de muy bajo sustento, no soy fanático de Calle 13 ni nada por el estilo, pero creo que pueden hablar en sus letras de lo que les plazca. Cada uno sabra elegir si debe escuchar o no a Calle 13, no creo que haga falta que nos des 10 motivos para no hacerlo. Y una cosa más, acerca del tema EMINEM, no todo lo que se dice de su vida en internet es verdad…

  6. Joaquin, he leído todo el articulo y también los comentarios (no todos). Trato de no ser tan estructurado e intentar comprender (por momentos es difícil y en casos no los comprendo) los diferentes puntos de vistas. Aclaro que no me gusta Calle 13, no es de mi estilo musical, si he escuchado su ritmo, letra y también me informe de su historia.

    Este tema lo veo como el caso del vegetariano y el carnívoro: no me importa lo que comas, me importa lo que yo como; tampoco me digas que comer, yo elijo lo que como; no quieras educarme en lo que crees que es correcto comer, yo me educo en lo que creo que es correcto comer. Y a su vez es el caso del carnívoro y el vegetariano. Pero hay algo entre lineas y es que ambos son el uno para el otro, hay un equilibrio natural (simetría). Por eso comprender todas las partes te ayuda a saber en el lugar que te encuentras y porque elegiste ese lugar (aquí, si existe lo correcto o incorrecto, es simplemente por decisión tuya).

    Habiendo dicho esto vive y deja vivir, porque la vida es una sola y tu tiempo es oro. Critica menos y aplaude mas.

    Abrazo!

  7. Nombre(obligatorio)

    i feel that, although this article was well written, he still needed to do more research. nothing can be done now, this was written in 2011 and i don’t know if this article is still relevant or if it ever was. …

  8. Qué opinión pueda dar un Japonés sobre un Trompetista de Mariachi Mexicano?. Alguien antes que yo dijo que para entender a Latinoamérica, necesitas haber vivido en Latinoamérica. Muy cierto.

    En nuestro continente hay ciudades con calles sin pavimento, hay niños que caminan descalzos en las piedras, hay quienes juegan futbol con una bola de papel. Hay quienes comen 2 o 3 veces por semana y toman agua no purificada. En los barrios hay hombres maduros que hacen ley entre los jóvenes, imponen modas, tatuajes y modismos, enseñan a medir fuerzas y fumar drogas.

    Hay poca cultura social entre los habitantes, baja poca ayuda y educación desde los gobernantes, hay una silla vacía entre la clase baja y la clase alta. Son muchas cosas.

    Sin embargo, hay algo en lo que tienes mucha razón; y es que quizás estos géneros musicales ofendan mucho a la mujer, la deprecien, la conviertan en un instrumento de uso sexual. Sin embargo aún no ha habido una manifestación feminista en contra de las nuevas tendencias musicales en la zona donde viven las afectadas… y sabes que significa eso? Que no están ofendidas, están divertidas.

    Es igual a cuando estás en la cama con la chica que te gusta… que eres capaz de hacer con tal de darle placer? Men, piensa hasta donde puedes llegar y todo lo que puedes hacer mientras ella lo goce y no llore.

  9. No hay que tomar tan en serio ni a los músicos, ni a los intelectuales, ninguna canción va cambiar el mundo aunque trate de explicarlo y ningún libro lo va a hacer aunque nos haga reflexionar sobre nuestro entorno y momento, te recomiendo que te relajes y disfrutes la música que te gusta y los libros que te gustan, ni Dylan, el cual por cierto salió haciendo anuncios en el superbowl pasado, y claro cobro muy buen dinero, ni Zappa, ni Davis, han influido en la vida de miles y miles de personas que ni los conocen, criticas la inmediatez de su música que no perdurara con los años, acaso eso no se vale, los seres humanos tenemos fecha de caducidad como dices yo me pregunto tus obras perduraran, o son también caducas desde ahora, recuerda que cuando señales a alguien con el dedo, hay tres dedos que te señalaran a ti, relajare y disfruta lo que te guste hay tan poco tiempo y tanto por conocer, al final todos somos humanos y por lo tanto falibles.
    Por cierto hay muchas personas que han caído bajo el embrujo de calle 13, Eduardo Galeano, Silvio Rodriguez, Andres Calamaro, Ruben Blades, Café Tacuba, Jualian Assange, Vicentico, La Mala Rodriguez, Bajo Fondo Tango Club, algo deben tener los chavos a su favor.

  10. Digo, si es un cómplice y victimario, un mercenario de la industria de la música, por qué en sus recitales y entrevistas (incluso en su propio disco) insiste en que se bajen sus cd’s por internet?

  11. Rene dice en una entrevista que no es millonario. Y que si lo fuese primero compraría una casa para el, otra para su madre y luego haría una escuela. Me parece que falta mucha investigación y tu opinión es simplemente infundada

  12. Mm bueno hay libertad de esprecion, me da igual seguire escuchando musisa, hara consiencia ante mi, no se si lo haga con el artista. Pero lo que me cago fue que dijas reggeton y luego rapear.. no confundas. Vale si es lo mismo es musica pero la mayoria de los reggetoneros solo cantan mierda mientras el rap o almenos rap que yo escucho es de conciencia… vale…

  13. sebastianhhz

    Muy buena crítica para poder entender al pueblo llamado Latinoamérica hay q haber sentido y estar en sus zapatos d lo q viven dia con dia el hambre las carencias y luchar todos los dias x traer pan a la mesa sólo asi entenderias q es lo q el pueblo quiere y reclama no quiere sexo quiere comida y no creo q este residente halla tenido alguna carencia sólo espero q se le hallan acabado sus 5 min de fama para q no este haciendo negocio con los problemas de las personas
    Muy buena crítica y ODIO A CALLE 13

  14. Guillermo Smidt

    Yo no defiendo ni critico a Calle 13, y mucho menos sus argumentos para no escucharlos los cuales leí atentamente. He escuchado muchas canciones de ellos pero no soy fan, y si encuentro muy contradictorias sus letras, pero no hay que negar que algunas son muy buenas (la perla, latinoamerica, etc). y que quizá no residente pero si otras personas se sienten identificadas con esa canción lo cual es muy importante y uno de los principales objetivos de un cantante. Lo que debemos de entender es que ellos son artistas que nos guste o no el regueaton, hip hop, rap, o lo que sea siguen siendo arte. Yo me quedo con las palabras que un dia dijo Facundo Cabral , «un cantor es un soldado menos, y quien le canta al pueblo es eterno, porque cada vez que alguien recuerde y cante su canción resucitara» , saludos de Hermosillo, Sonora , México.

  15. amdlamlskd

    creo que le falta mucho para ser como eminem… ademas el le hace mucho caso a la industria, con respecto a sus canciones de protesta me dan por el c*** y me resultan indiferentes porque le falta eso de poesia, escuchen nach o el chojin,( ambos en español) y te das cuenta de la poesia que tienen… ademas le falta mucho eso de haberlo vivido y esa filosofia de rapero….

  16. Raquel Vázquez

    Joaquín Peón Iñiguez, debo confesar que luego de leer este artículo, busqué su biografía. (Igual de «importante» que saber la de Calle 13)

    Antes que todo, quisiera decir que: 1) soy puertorriqueña 2) no me gusta el reggaeton 3) Calle 13 me es indiferente.

    Estoy muy de acuerdo con la exégesis que ha hecho del exponente. La crítica literaria tiene mucho fundamento. No hay duda de que tiene todas las credenciales para dar su opinión en esta parte. Admiro mucho su elocuencia y corrección al expresar sus ideas. Y entiendo que tenga el derecho de expresar su sentir.

    Ahora, desde el momento en que habla del pasado de René Pérez y basa en eso parte de sus argumentos, debo replicar. Entiendo su punto, pero no creo prudente andar juzgando el desarrollo de una persona por la biografía que se encuentra en alguna publicación. Las personas tienen su proceso. Cada cual es dueño de sus memorias. No hay nadie que deba basar una opinión en lo que cree que conoce. No somos omniscientes, así que habrán cosas en la historia de esta persona que desconoceremos y nos incapacitan como jueces de su vida presente.

    Espero que «los pertorriqueños» sea otra manera de llamar al grupo Calle 13. Leer cosas como: «Lamentablemente los puertorriqueños carecen de esa jiribilla mental que señala Henri Bergson.» O:
    «La estrategia de los puertorriqueños es atentar contra lo que teóricamente está prohibido, a pesar de que convivimos a diario con ello. […]» Me hizo cuestionar si se refería a la gente que se ríe del mal chiste de René en la primera, a todos los que cantan reggaeton en la segunda, o al grupo como tal. De igual forma, no creo que la repetición del gentilicio sea relevante en su argumentación. No creo que la nacionalidad de este señor ni de cualquiera que cante este género sea importante para recalcar el hecho de que sí, el reggaeton no aporta nada nuevo y explote el sexo barato y tambien que el chiste de René no fuera intelectual. De todas maneras, comenzar con la frase «los puertorriqueños…» está demás.

    Por último quisiera aclararle que la música no es únicamente lo que promueven los medios de comunicación de masas. Sí, somos bombardeados por entretenedores con título de cantantes. Esos no son los verdaderos músicos. La música es un medio de expresión artística, que se asemeja a la pintura. Donde el aire es el canvas, y las vibraciones van pintando el paisaje o el rostro que ese artista quiere llevar. Tiene literatura, tiene poesía. Pero no es un texto rígido que se puede medir simétricamente. Ojalá la música -la verdadera música- fuera una dictadura. Que por guerras tengamos concursos de talento y los diplomáticos cantaran sus opiniones. Lo que hay en los medios es un producto sonoro que en nada se compara con lo que debería ser una composición. Por eso, su crítica hacia el grupo Calle 13, debe ser eso: hacia Calle 13. No el pasado de René, su prosedencia, o la música toda.

    Yo leí todo su documento. Espero que el largo de mi comentario no le disuada de hacer lo mismo.

    Exito!

  17. alexandra rojas

    si no le gusta ¿por que critica?
    independientemente de lo que haga o no haga cada quien tiene libertad de expresarse como quiera si la de el no te gusta no lo critiques.
    acaso te gustaria que criticaran tu religion color de piel etc…
    ademas como el dice en una de sus canciones «prefiero regalarte musica aunque tu no la entiendas»
    si el crea estas canciones es por que tienen un significado!

  18. La verdad esta bien el articulo, calle 13 y todo el regueton son una basura, los reguetoneros son ignorantes haciendo musica para gente mas ignorante!

  19. Jajaja me gustó el texto. Como es natural, saltan los defensores de Calle 13 a chillar y a tirarse de los cabellos con tal de defender a su héroe musical. Esto no se trata de un hipster escribiendo IMBECILES, se trata de una realidad actual, de algo que por mucho que se les explique, nunca entenderán caterva de idiotas. Esos que salen a defender a Calle 13 con sus insultos y sus argumentos pobres de sacar a relucir temas que ni se tratan acá, ppppppffffffffffffffffffffffffffff….eso solo muestra que si, efectivamente son fanaticos de Calle 13.

    Esto es para ustedes: .l. y pueden replicar lo que quieran, este articulo dice la verdad y punto.

  20. jesus rincones

    me parece ridículo el articulo. puesto que la banda calle 13 a parte de que NO ES UN GRUPO DE REGGETON tiene su musica en base a protesta y a experiencias de vida propias su forma de expresión es única y totalmente personal, y creo que el autor debería sentarse a analizar con cabeza fría la intensión de cada una de sus canciones, puesto que la banda calle 13 es la única banda que ha puesto en alto el sentimiento latinoamericano. así que esta publicación solo habla de una perspectiva del escritor en rechazo a un genero que ni conoce ni entiende y con el q esta en contra sin derecho a debate y que solo plantea su punto de vista como un hecho real. grosero y fuera de contexto me parece esta publicación.

  21. Joaquin, con todo respeto, hablas de la industria de la musica como si en realidad la conocieras. La realidad es que todos los otros Grupos/Artistas que mencionaste como los mesias y ‘verdaderos’ rebeldes de la epoca del rock, fueron sin lugar a dudas, hijos de la misma industria musical la cual tanto criticas.

    De Calle 13 no tengo nada que decir y sinceramente creo que tu tampoco, es tan simple como esto: si no te gusta el genero musical de ellos, existen en oferta muchisimos estilos disponibles.

    Creo que el ‘desgastarte’ escribiendo acerca de ellos es darle mas importancia a quien en realidad no la tiene.

    Saludos.