Simbólica la imagen del FICG27 con el rostro de una mujer sometida por las manos de un hombre de mangas negras; una de ellas abre su ojo izquierdo mientras la otra sostiene un chile verde a punto de frotarlo en el globo ocular. “Te haremos llorar de gusto”, dice el slogan.
FICG 27
Las transformaciones que vive el país también se reflejan —y se sufren— en su cine y, en este caso, también en sus festivales culturales. En la edición 27 de uno de los eventos fílmicos más importantes de Iberoamérica, que se celebra en Guadalajara cada año en el mes de marzo, tuvo de todo. Golpizas, protestas y hasta narcobloqueos.
La edición del año pasado de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) comenzó ensombrecida por actos del crimen organizado en la zona metropolitana de esa ciudad. Camionetas acomodadas a escasa distancia de la Expo Guadalajara con 26 muertos a bordo y sobre el pavimento causaron un ambiente enrarecido en esa edición de la feria (https://revistareplicante.com/especiales/fil-gdl/la-onda-fria-y-narcochispeante/). En esta ocasión, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) se clausuró un día después de los dieciséis narcobloqueos y el incendio de 25 vehículos (entre camiones, tráileres y coches) sucedidos en calles de Guadalajara y carreteras del estado de Jalisco, el viernes 9 de marzo, como reacción a la captura de Erick Valencia Salazar, “El 85”, jefe del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), y de Otoniel Mendoza, “Tony Montana”, lugarteniente de esa agrupación criminal que habita en esa ciudad.
Imágenes que contrastan, por cierto, con la Guadalajara idealizada que vemos en la película ganadora de la sección de largometraje de ficción mexicana Mariachi gringo (México-Estados Unidos, 2011) de Tom Gustafson, que, como su nombre lo dice, se reduce al ciudadano estadounidense a su concepto más chato y prejuicioso que se puede tener de nuestro país vecino y, por el otro, con una mirada simplona y turística de la compleja Guadalajara de hoy que va más allá del mariachi, el tequila y las tortas ahogadas, una ciudad que está en vías de dejar de ser esa bonita “provincia” de hace veinte años.
Las problemáticas que vive actualmente esa hermosa ciudad del Bajío mexicano es comparable a otras ciudades como el Distrito Federal o Monterrey, pero llama la atención que, precisamente, durante la semana en que se realizó el festival (del 2 al 10 de marzo) los periódicos y medios de comunicación locales destacaban el aumento de la violencia contra mujeres en Jalisco, precisamente en el marco del Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
En esta ocasión, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) se clausuró un día después de los dieciséis narcobloqueos y el incendio de 25 vehículos (entre camiones, tráileres y coches) sucedidos en calles de Guadalajara y carreteras del estado de Jalisco, el viernes 9 de marzo, como reacción a la captura de Erick Valencia Salazar.
Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestran que la tasa de homicidios de mujeres en esa entidad es “la más alta que se haya registrado durante la pasada década en la Entidad, y su última tendencia alcista tiene marcado su comienzo precisamente en el año 2007”, año en que el Gobierno Federal emprendió su lucha por la seguridad, la “espiral de violencia también atrapó a ellas”, dice una nota del diario El Informador del 8 de marzo.
Vaya que es simbólica la imagen del FICG27 con el rostro de una mujer sometida por las manos de un hombre de mangas negras; una de ellas abre el ojo izquierdo de esa hermosa ¿tapatía?, mientras la otra sostiene un chile verde apunto de frotarlo en la superficie del globo ocular. El rostro maquillado de aquella fémina es de sorpresa —¿o de sufrimiento?— y el slogan que le da significado a todo esto es: “Te haremos llorar de gusto”; pareciera que la preparan para una gozosa tortura en estos días de gracia para la apacible perla tapatía.
En próximos días la segunda parte de la crónica festivalera en Guadalajara… ®
