El nuevo síndrome Ana Obregón

o el efecto retardado del instinto maternal

La actriz española Ana Obregón decidió ser madre a los 68 años y para ello recurrió a un vientre subrogado. La polémica no se hizo esperar.

Ana Obregón con su bebé. Fotografía de ¡Hola!

Cuando Sara dio a luz a un hijo volvió a reír, pero esta vez con alegría.

Me encanta que las mujeres tengan hijos, lo digo en serio, disfruto el verlas con un vientre enorme y alrededor de ellas un montón de chiquillos, es fascinante. Soy partidaria de las familias grandes. Familias robustas, sólidas y numerosas como para formar un equipo de béisbol. Cosa que no me ocurría en mis tiempos de guapilla, arrogante y sabelotodo, pues viví en carne propia la feroz competencia en contra de ocho hermanos por la atención de mis padres, quienes se pasaron gran parte de nuestra infancia y adolescencia trabajando sin descanso.

Aunque siempre estuve convencida de mi deseo por convertirme en madre, cuando tuve a mis hijos como que mi despliegue maternal no afloraba y mi depresión posparto no ayudaba. Porque tener instinto materno e instinto maternal son dos cosas muy diferentes. Eso de prodigar mimos empalagosos, palabras cursis, besos y arrumacos constantes son demostraciones que no me salen. Eso sí, que no dude nadie de que muero por mis hijos.

Ser madre es complejo. Aprendemos a ser mejores madres con el tiempo. Y digo todo esto por la reacción que ha provocado la noticia de la semana —o el estupor del año— causado por la actriz española Ana Obregón, que nos impacta con la noticia de convertirse en madre a los 68 años por medio de un vientre de alquiler.

Suspendida en la desgracia

Ana Obregón tuvo un solo hijo, Alejandro Lecquio, fallecido a los veintisiete años por sarcoma de Ewing en el 2020. Un tipo de cáncer poco común y sumamente agresivo. Obregónno logró superar la pérdida, situación que empeoró con la muerte de su madre en 2021 y la de su padre en 2022.

Tras esos desafortunados acontecimientos, Ana iba gestando en secreto una idea que pudo materializarse con el tiempo. En España es ilegal la subrogación uterina o vientre de alquiler desde 1988, cuando se promulgó la primera Ley de reproducción asistida. Desde entonces, quienes deseen pagar a una mujer por alojar en su vientre a un hijo ajeno deberán hacerlo fuera del país.

La extrema izquierda se ha levantado en contra de la protagonista de Ana y los 7 reclamándole tal desfachatez y falta de cordura que la llevaron a comprar una hija en los Estados Unidos. Su caballo de batalla está en la instrumentalización que se hace de la mujer que se ve forzada a aceptar por pura necesidad económica.

Desde la España de 1988 hasta la España de hoy con Irene Montero, las razones de peso para despreciar y desprestigiar a quienes se sirven de tales “privilegios” es infundado, en gran medida, por el Ministerio de Igualdad que ha impuesto leyes controvertidas como la Ley de Violencia de Género o ley de violencia machista, la Ley del sólo sí es sí y la Ley Trans recién aprobada en el mes de febrero del presente año (véase Apéndice).

La extrema izquierda se ha levantado en contra de la protagonista de Ana y los 7 reclamándole tal desfachatez y falta de cordura que la llevaron a comprar una hija en los Estados Unidos. Su caballo de batalla está en la instrumentalización que se hace de la mujer que se ve forzada a aceptar por pura necesidad económica. Y bueno, me asalta la pregunta: ¿Dónde quedó la lógica pro–aborto de que “la mujer es libre y dueña de su cuerpo”?

El caso de Ana Obregón ejemplifica lo que he llamado “el efecto retardado del instinto maternal”. Esto es, mujeres que llegan a una edad mayor, empoderadas, realizadas, exitosas, independientes y bellas. Sus relaciones suelen ser complicadas, inestables, pasan de una relación a otra porque no existen hombres que las merezcan. Si decidieron a tiempo probar la maternidad, ésta será procreando un solo hijo y nada más. Luego, por causas impredecibles de la vida la terrible soledad, ante la catarsis de una existencia vacía y sin sentido, tratan de “robarle al otoño una tarde”. Los duelos no superados, las pérdidas, las malas decisiones y las ausencias. Al invierno de la vida de cada mujer y de cada hombre siempre habrá un arrepentimiento tardío.

Ya nunca volveré a estar sola

La polémica también se centra en la edad de Ana Obregón. Es más común que las mujeres españolas decidan ser madres cerca de los cuarenta años, considerando que su esperanza de vida está entre los 82 y los 87 años. No se duda del amor de Ana por su hija sino de su cordura. La extravagante portada de la revista ¡Hola! que muestra a la actriz en silla de ruedas con la recién nacida en brazos, como si ella la hubiera parido, es lastimosa. Cuesta creer que fue por una imposición del protocolo hospitalario y, en todo caso, ¿por qué ella no se negó a tal imposición? ¿Fue el capricho de una mujer que no pudo manejar el duelo y la soledad? No involucraré definiciones como la ética ni la moral para evaluar la decisión de Ana Obregón porque la sociedad actual no se rige por esos valores, sino todo lo contrario, se rige por la posverdad y el relativismo. Es más idóneo, dadas las circunstancias, hacernos las siguientes preguntas: ¿Cuántos años le quedarán para cuidar de la niña? Más aún: ¿Cómo será su desarrollo? ¿Cuál será su interacción familiar? ¿Cómo será su vida sin hermanos, abuelos ni padre? ¿Quién cuidará de ella? ¿Se puede valorar mucho más la llegada de un bebé al final de la vida de lo que se pudo valorar en la juventud? Así lo han descrito diversos teólogos en Génesis 11:30 al afirmar que cuando Sara, la estéril, dio a luz a un hijo volvió a reír, pero esta vez con verdadera alegría. El efecto retardado del instinto maternal les sucede a mujeres que se quedaron con mucho amor para dar, aprenden a querer mejor porque ya aquilataron las duras pruebas de la vida.

¿Quién es el padre?

Corre el rumor de que el padre de la niña es el hijo fallecido de Ana, Aless Lecquio, quien, aconsejado por los profesionales habría dejado su esperma para que, llegado el momento, si él lo decidía pudiera convertirse en padre. ¿Se suavizaría la crítica en contra de la actriz al conocerse que nunca pensó en usurpar el papel de madre sino en realizar sus funciones como abuela? No lo creo.

Apéndice

Ley de Violencia de Género: cualquier violencia física, psíquica y sexual ejercida contra alguien sólo por su género.  La crítica en contra de esta ley es que ningún español por su género está por encima de la ley, esto es, que la ley debe ser igual para hombres y mujeres. Esta ley no tiene en cuenta que la violencia es ejercida también por la mujer en contra del hombre. Lo que ha llevado a presentar un nuevo fenómeno, las llamadas Denuncias falsas que han ido en aumento. Hay derecho: ¿Está justificada la desigualdad ante la ley? La experiencia de la Ley de violencia de género. Eduardo Valdelomar. 11/06/2017.

Ley del Sólo sí es sí: ley que surgió después del sonado caso de violación por “la manada” en contra de una chica de dieciocho años (2016). La Ley del Sólo sí es sí basa las sentencias en el consentimiento sexual de la mujer. Eso busca proteger a las mujeres contra el machista apetito sexual del varón. Además, establece dos conductas más como la agresión y el abuso, convirtiendo cualquier tipo de agresión en un delito. Esto ha llevado a la reducción de penas contra agresores sexuales, sacando a los violadores a la calle. Euronews: ¿Por qué la nueva ley de violación ‘Sólo sí es sí’ está reduciendo las penas de cárcel en España?

Ley Trans: reconoce el derecho a la diversidad de elección de género. Para cambiar de género en España sólo se necesitará de la voluntad del individuo para cambiar su género a partir de los dieciséis años. Para los niños de doce años solamente se necesitará autorización judicial. No se necesitará hormonación anterior de mínimo dos años y tampoco análisis psiquiátrico. También están prohibidas las terapias de conversión. EuroNews: Aprobada Ley Trans por el Consejo español. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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